Joaquín:
Al entrar al restaurante sentía las manos de Emilio tomándome de los hombros y guiándome hacia el lugar indicado, ya que por obvias razones, yo aún no podía ver nada.
Pude escuchar como él daba su nombre completo, supongo yo, al hombre que atendía la entrada, para hacer visible la reservación y así poder continuar.
Al caminar por el lugar, lograba escuchar el bullicio de la gente que también se encontraba ahí esa noche y la respiración un tanto agitada de Emilio por mi espalda y cuello. Estaba realmente ansioso por saber cuál era la sorpresa que me tenía preparada.
Al seguir andando por unos cuantos segundos más, por fin nos detuvimos; sentí como soltaba mis hombros y su presencia se hacía lejana a mi cuerpo, en ese momento noté lo mucho que extrañaba su contacto, por muy ligero que fuera.
—Joaco, ya llegamos —Escuché como Emilio abría de forma delicada algo que parecía ser una cortina.—Em, como verás y claro está que ya te diste cuenta, estamos en un restaurante, y como te dije hace unas horas, quiero que hoy disfrutes de comer todo lo que te gusta, así que, me di la tarea de encontrar un lugar que tuviera algunas de las comidas que más te gustan, y este fue el más acertado.
Emilio se volvió a acercar a mí y agarro el pañuelo que había puesto sobre mis ojos por la parte de atrás para desatarlo. Yo ya no podía más con la intriga, pero al mismo tiempo, estaba demasiado nervioso y podía sentir como mis manos sudaban gracias a ello.
—De verdad espero que te guste.
Él terminó por desatar el nudo y así, hacer visible todo el lugar. Las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos al ver todo lo que estaba frente a mí.
Era una pequeña mesita con un mantel blanco y ligeros pétalos de rosa a su alrededor, con velas y copas de vino que también le hacían compañía. Al acercarme a dónde se encontraba todo aquello, logré divisar una carta y un regalo pequeño en uno de los asientos, y sin pensármelo mucho, los tomé entre mis manos y los observé atentamente, pasando mi mirada de ellos a Emilio con desconcierto.
—¿Qué es esto, Emi?
—Es otra de las sorpresas —rió ligeramente—Sé que tal vez no se ve como la gran cosa, pero lo que está dentro de esa caja realmente me lo estuve pensando mucho y quería algo que pudieras usar y que se viera lindo en ti, así que, opté por eso. También escribí una carta, no soy muy bueno con las palabras y lo sabes, pero, puse todo mi amor y esfuerzo en ella, hasta solté unas ligeras lágrimas mientras la escribía.
Yo lo miraba sorprendido, de cierta forma me sentía como en las nubes y sin poder creer que él en verdad estaba poniendo todo de sí y había preparado uno de los mejores días de mi vida para ganarse mi amor y confianza, pero también me sentía bastante mal porque yo era el único que estaba recibiendo cosas.
—Emilio, te lo agradezco mucho, no puedo creer que tú hayas hecho todo esto por mí—Dí una pequeña vuelta sobre mí mismo señalando el lugar—Ten por seguro que te lo voy a devolver.
—No tienes porque devolvérmelo Joaco, todo esto lo hice sin esperar ninguna cosa material a cambio, sólo quería que hoy fueras el más feliz—Se acercó a mí y me estrechó en un abrazo, de esos que te hacen no querer soltar a la otra persona nunca más por lo cálidos y cómodos que son.—Pero ya, hay que sentarnos porque la cena no tarda en llegar.
ESTÁS LEYENDO
¿Puedes sentir mi corazón? | Emiliaco |
FanfictionJoaquín y Emilio se conocieron gracias a su cariño por la actuación. Dando la maravillosa casualidad de darles la oportunidad de crear un proyecto juntos y darle vida a unos grandes personajes. Lo que ellos no sabían era que iban a terminar enfrentá...