Extra: 2

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Primera cita
YoonMin

Jimin estaba nervioso y sus uñas mal cortadas, sus manos temblorosas y el leve rubor en sus mejillas lo delataban.

Tomó el delineador que estaba posado en la marqueza que compartía con la esperanza del grupo. Cuidadosamente posó una fina línea sobre su párpado, repitió el proceso en ambos ojos.
Luego, con cuidado, tomó el bálsamo rosa atardecer y coloreo su abultados belfos. Sonrió al verse listo. Sonrió al verse lindo, muy lindo para Yoonnie Hyung.

Tomó la chaqueta que estaba tirada sobre la silla de su escritorio y la posó sobre sus hombros, sonrió hacia su reflejo, y soltando una risa nerviosa salió de la habitación. Bajó las escaleras de dos en dos, mientras soltaba risas que no hacían más que delatar su nerviosismo.

Su hermosa sonrisa se ensanchó al ver a un - ahora- pelilila sentado en el sofá. Y las mariposas hicieron su aparición al ver el leve rubor que había en las mejillas de este, junto con una sonrisa. Una hermosa sonrisa que dejaba ver sus perlados y pequeños dientes junto con sus rosadas encillas.

Min YoonGi se levantó del sofá. Jimin atentamente vió como su mayor tomaba su chaqueta junto con las llaves del apartamento. Jimin observó atontado como aquellas delicadas piernas eran abrazadas por unos jeans negros ajustados, como las converse altas del mismo color estaban perfectamente atadas a sus pies. Si subía su mirada, veía como la playera blanca - la cual le tiraba a transparente- abrazaba el torso del chico. En su pálido cuello un choker se ajustaba.
Sus cabellos lilas bajaban por su frente como si de una cascada se tratase, y se veían tan suaves, que Jimin sólo quería enterrar sus dedos allí. A la vez, quería apartarlo de los ojos de su mayor, pues aquellos sedosos cabellos le interrumpian la vista de los gatunos ojos que tanto le encantaban de YoonGi, los cuales - con algo de dificultad-- notó que estaban ligeramente delineados.

Suspiro al verlo arreglado, al ver que YoonGi se había arreglado por él. Suspiro al notar que él mismo también se había arreglado, se había arreglado por Min YoonGi.
Y es que hoy, ambos tendrían su primera cita.

Un violento rubor subió por las mejillas de Jimin y el pelilila sonrió. —¿en qué piensas, Mochi?

Jimin se ruborizo aún más mientras negaba. —En qué te ves guapísimo, Yoonnie Hyung, ¿salimos?

Porque para ser nervioso, tímido e inocente, Jimin ya había tenido su adolescencia. Park Jimin ya no tenía diecisiete años para estar temblando.

Jimin suspiro y pasó al lado de su perplejo Hyung, y sonrió cuando YoonGi tomó su mano, luego de cerrar la puerta del apartamento.

Fue él el que entrelazó sus dedos con los del mayor.

YoonGi estaba nervioso, pero sacudió la cabeza, pensando de que era solo Jimin. Solo Jimin... ¡No no era solo Jimin! ¡Era Park Jimin! ¡Y esa era su primera cita con aquel ángel caído del cielo! Respiro varias veces queriendo quitar cualquier pensamiento nervioso y se enfocó en Jimin. El chico de rostro angelical al cual le había entregado su corazón hace poco más de un año. Aquel chico que le robó suspiros, llantos, besos, espacio en su galería... Aquel hermoso hombre, ahora se encontraba al lado suyo, sosteniendo su mano y viendose terriblemente precioso.
YoonGi bajo la mirada se su rostro hacia su pecho, en donde una camisa blanca con franjas azules que no dejaban absolutamente nada a su imaginación había sido metida en el pantalón negro y ajustado que llegaba a la cadera de su menor. Y aquel jeans tampoco dejaba mucho que ignorar, pues aquel apretaba las gruesas piernas del menor. Bajo la vista y se topó con unas converse azules que habían sido atadas con total cuidado.
Suspiro al ver a Jimin así.
Suspiro al ver a Jimin.
Suspiro porque Jimin del que hablamos y Jimin siempre se roba sus suspiros.

Confesiones de un Idol enamorado. MY & PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora