Capítulo 2.

190 44 40
                                    

La fiesta en la casa de Jong In había sido un éxito de principio a fin, pero como siempre, después de la diversión venía la parte más difícil: limpiar el desastre. El castaño en verdad debía considerarse afortunado por contar con la ayuda de sus amigos.

—¡Listo! Tu cocina se ve decente otra vez —dijo Chan Yeol mientras entraba a la sala con aquellas buenas noticias.

—Te lo agradezco —Kai sonrió sinceramente—. Se Hun y yo estamos por terminar de recoger toda la basura que quedó en la sala. Pronto parecerá que por aquí no pasó nada, mis padres volverán y no querrán castigarme hasta que cumpla treinta.

—Admite que no sabrías qué hacer sin nosotros —comentó el pelinegro medio en broma, medio en serio.

—Supongo que jamás haría fiestas —el contrario siguió con la broma—. No podría limpiar todo esto yo solo.

Tanto Se Hun como Chan Yeol habían decidido quedarse a dormir, pero el último invitado no se fue sino hasta poco después de las dos de la mañana, por lo que se sentían muy agotados en ese momento. Aun así, no le habían dejado todo el trabajo a su amigo castaño e incluso seguían hablando acerca de la increíble reunión.

Jong In estaba de buen humor porque, incluso si no había tenido muy buena suerte con Tae Min la noche anterior, los invitados habían pasado un rato bastante agradable y eso era lo que a él le importaba más.

Tras haber cerrado una última bolsa de basura, Se Hun se sentó en el sofá y revisó su teléfono celular. Le había enviado un mensaje a Lu Han unas cuantas horas atrás, pero seguía sin recibir una respuesta, cosa que empezaba a preocuparlo un poco. Aunque le había parecido de lo más genial hablar y bailar con el otro pelinegro, nada podía asegurarle que éste pensaba lo mismo.

Soltó un suspiro de alivio cuando la notificación de un nuevo mensaje apareció en su pantalla y, aunque no quería verse como un chico desesperado, lo abrió de inmediato y lo leyó.

—¿Está todo bien, Se Hun? —Preguntó el rubio.

—Sí —respondió al instante y le enseñó el mensaje—. Mira esto, Lu Han está de acuerdo en que deberíamos volver a vernos.

El pelinegro ya le había contado a sus amigos todo lo sucedido en la fiesta con ese chico de China llamado Lu Han. Ninguno lo había visto antes, pero les daba gusto ver a Se Hun tan emocionado por haberlo conocido.

El castaño no había tardado más de cinco minutos en encontrar todos los perfiles que Lu Han tenía en las redes sociales, juzgándolo de manera un tanto superficial, aunque decidiendo que no se veía como una mala persona.

—¿Debería asustarme? —Cuestionó Jong In de repente, volteando a ver a su amigo—. Hace mucho tiempo que no te interesabas en alguien. No así, Se Hun.

—¿Qué dices? ¿Crees que estoy interesado de "esa" manera sólo porque me gustaría verlo otra vez? —Rio levemente.

—No lo creo, lo sé —lo corrigió.

—Estás exagerando —negó un par de veces—. Lu Han me pareció muy... interesante y divertido —explicó sencillamente—, pero no diría que me gusta o algo así.

—Ya te veremos —fue lo que contestó Chan Yeol.

Durante los dos días siguientes, Se Hun y Lu Han se la pasaron hablando un montón a través de mensajes de texto, hasta que compartieron sus horarios de descanso y se dieron cuenta de que podrían juntarse algún día para comer.

Ninguno se esperó que ese "algún día" fuera esa misma semana, pero la situación simplemente se dio.

—Hoy comeré en la cafetería de Arquitectura —le avisó Se Hun a sus amigos mientras salían del salón de clases.

Una sensación reconfortante [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora