Ya te estaba amando

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Unos días después, con la alegría en el alma, Adele y Simon despertaban esa mañana de Navidad, Ethan había bajado solo de su cama y llegó a la habitación de ambos. Con pesar subió a la cama y saltó sobre Simon. Él lo apretó contra su pecho y besó su mejilla.

-Hola hijo- saludó él.

-Holaaa- respondió él mostrando sus pequeños dientes. Adele lo abrazó también y Simon la alcanzó con sus brazos.

-Abrazo navideño- gritó la rubia. Ethan tal como ella, también gritó.

-Mamá mamá mamá- bajó de los brazos de Simon y apretó el rostro de Adele con sus manitas. -Hoy ez Mavidad- Adele le sonrió y sintió.

-Lo es mi amor. Y al anochecer Santa traerá regalos- levantó las cejas haciendo sonreír a su hijo.
Simon se levantó y salió sin decir nada. Minutos después llegaba con el pequeño Angelo que fue recibido con muchos besos y mimos por parte de su madre y su hermano.

Sin duda, la vida le sonreía a la familia que Adele había formado, ella que jamás creyó encontrar un amor como el que ese su esposo le daba. Se sentía muy afortunada y agradecía al cielo cada día junto a ellos.
Sin embargo, en casa de Laura no podría decirse lo mismo. Daniel habia cortado de tajo todos los planes que su esposa había armado para ellos esa noche, el hospital se convirtió en su doctrina y no se alejaba de él. A Laura le costaba mucho la ausencia de su marido y comenzaba a buscarle explicación.

-Jamas hemos estado apartados en estas fechas- dijo ella en susurro porque si hablaba más alto seguro terminaría llorando, y eso no lo quería.

-Siempre hay una primera vez, Laura- él sólo se puso su saco y se giró dándole la espalda

-Daniel, somos un matrimonio y no quiero estar lejos de ti- ella lo abrazó por la espalda y le dio un beso ahí mismo.

-Puedes ir con tu madre si te parece, no puedo cancelar la cirugía- se soltó de su agarre y abrochó sus mangas.

-¿Cuando dejé de ser importante para ti?- preguntó mirándolo directamente, por lo menos quería una respuesta.

- No es eso, pero tú debes comprender que ahora tengo más responsabilidades con el hospital- intentó tomar su mentón, pero ella no se lo permitío.

-Bueno, no puedes ser 50/50, aquí también tienes una responsabilidad- hablo ahora con más autoridad.

-Laura, en el hospital no estoy seguro de llegar y ver al paciente, en cambio aquí,  estoy cien por ciento seguro que al volver tú estarás aquí-

-Haces mal en estar seguro- Daniel la miró, Laura había comenzado a llorar.

-Estás molesta ahora- sólo atinó a decir. Laura negó.

-Que no te sorprenda si un día vuelves y yo no estoy aquí- se giró y subió un peldaño de las escaleras.

-¿Es una amenaza?- preguntó sosteniendo su brazo.

-Solo digo- se soltó y subió otros dos.

-Pues no lo digas, no puedes dejarme así como así, antes dame motivos- ahora Daniel habló enojado. Laura al escuchar eso se giró totalmente enojada para así encararlo

-¡¿Me los das tú a mí?!- preguntó exaltada. Daniel negó.

- Te amo, Laura. A veces trato de estar contigo de lleno, pero simplemente no puedo- atinó a decir. Ella tal como su esposo, sólo negó y subió a su habitación sin decir nada más. Pronto escuchó el portón abriéndose y lo vio salir.

Algo pasaba, pero no sabía que era y menos si ella se negaba a pedirle explicaciones a su marido.

Esa navidad, mientras Adele repartía besos, ella lloraba en su habitación, jamás Laura creyó que la vida le diera un golpe como esos. Ahora comprendía el desamor que Adele había sufrido. Su madre y hermanos la habían llamado, pero se negó a contestar, incluso Adele la llamó para desearle una feliz Navidad, la ignoró. 
Que la vida comenzaba a dejar de importarle, su matrimonio parecía andar por la cuerda floja y ella se sentía en la tormenta más grande de su vida.

Falling in love again Donde viven las historias. Descúbrelo ahora