Del amor.

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Mes 3.

El tercer mes había empezado, ella había mejorado muchísimo y las muletas ya no eran necesarias, sin duda Simon estaba haciendo un trabajo excelente, aunque ahora los ejercicios eran mayores y la cansaba mucho, pero agradecía ya no tener que depender de las muletas aunque aún no caminaba como ella quería.
Simon había puesto otra sesión en su rehabilitación y las dos primeras semanas del mes 3 habían terminado, ahora tenía que hacerlo más extremo.

-Utilizaremos una plancha de equilibrio. Con las dos piernas equilibraremos los dos pies sin apoyar completamente el peso- la ayudó a subir a la pequeña media luna y movió su pierna de arriba a abajo. Adele lo siguió haciendo y cerraba sus ojos disfrutando del movimiento que su pierna le daba.

Cuando Adele terminó con su ejercicio Simon la guió al otro lado del gimnasio, ahí le mostró un trampolín que sería utilizado por ella durante cuatro semanas.

-Usaremos el trampolín con la rodilla flexionada- dijo mostrándole como hacerlo, subía una pierna y la otra la dejaba flexionada, así su pierna tendría más control.

-Muy bien- Adele subió tal como lo hizo Simon, se sentía viva al empezar a trabajar en su rodilla y que después de un tiempo la movilidad había vuelto.

Simon le explicó que ya eran las últimas semanas de su terapia, lo que a ella le emocionó.
Ese día salieron por la noche a dar un paseo, ella desde luego fue bastante cubierta pues tenía miedo de ser captada con Simon y se hicieran especulaciones.

-Este lugar siempre ha sido mi favorito- dijo él observando los árboles a su alrededor. Adele también estaba encantada con todo el paisaje.

-Tenía años que no venía-

-También yo, pero es bueno para pasear, no cansaremos tanto tu pierna, ya empezaremos a trotar pronto y necesitamos que estés fresca-

-Haré todo lo que me indiques- dijo ella sonriendo.

La lluvia los sorprendió de pronto, Adele miró al cielo y después a Simon.

-No pienses en correr- dijo él tomando su mano, acomodó su gorro y le sonrió.

-Entonces, ¿quieres que nos quedemos aquí y nos mojemos?-

-No, pero haré algo que nos ayudará- él se quitó su suéter y se lo puso a ella. Adele iba a protestar pero en cuanto abrió su boca Simon la cargó.
-Sostente fuerte- él corrió antes de que la tormenta fuera más intensa, llegó pronto a su casa pues aquel parque no quedaba muy lejos.

Entraron a tomar un baño para que no les causara una gripe, aunque había sido en vano pues ella enfermó esa misma noche.

Adele había tenido un resfriado, por supuesto Simon se encargó de cuidarla desde el amanecer, ella se sentía débil y cansada, su cabeza dolía, tenía pesadez en su cuerpo. Por suerte no había tenido fiebre.

-Buen día- dijo él entrando a la habitación de Adele. Ella sorbió su nariz y se acomodó en la cama.

-Buen día- respondió con una sonrisa.

-¿Te sientes mejor?-

-Sí un poco, realmente ahora sólo me duele la garganta- dijo carraspeando.

Falling in love again Donde viven las historias. Descúbrelo ahora