Mentiras.

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En la Hacienda de August las cosas no iban muy bien y no era por su colección de vinos, más bien había sido por enterarse del embarazo de Adele. Le vendía su alma a Satán, pero no se permitiría que ella diera a luz al hijo de su peor enemigo. Era la mujer que amaba y no podía tener un hijo que no fuera de ambos...
Sin embargo, olvidó un poco todo el caos con Adele cuando vio a su hermano menor. Hugo, tenía 30 años y de ellos 15 que no lo veía, pero lo reconoció, reconoció a su hermano que había huido de él. Más por odio que por venganza.

-¿Qué haces aquí, Hugo?- preguntó August al verlo en el sofá para 3 personas, con sus pies extendidos, leyendo un libro.

-Tengo trabajo aquí, no veo el porqué no quedarme en la hacienda, si también es mía- se levantó cerrando el libro. Miró a su hermano, sin querer recordando todo lo que había hecho August.

-Dejó de ser tuya cuando te fuiste a Boston-

-Preguntate por qué me fui- la mirada de Hugo echaba fuego, su respiración se hacía pesada y sus puños sólo querían golpearlo.

-No puedes quedarte-

-Tú no lo vas a impedir-
Hugo se abre paso entre August. Él lo sigue con la mirada, pero Hugo no se detiene.
No se permitirá más abusos de su hermano, él tiene más derecho en la Hacienda que August, pero no tocará ese tema.
Entró a la que era su habitación anteriormente y apenas tocó la cama, se quedó dormido.

Adele y Simon disfrutaban de su amor, ella estaba sobre su cuerpo, aún desnudos, con el sentimiento a flor de piel.
Él la miró a los ojos, le sonrió y le dio un beso en los labios.

-Hola mami-  Simon abrazó su cintura.

-Hola amor- dijo llena de emoción, "mami" había dicho su esposo, en ocho meses, eso sería, madre de un bebé suyo y de Simon.

-¿Quieres volar a Londres?- preguntó Simon acariciando su espalda. Ella bajó del cuerpo de Simon y se acomodó a su lado, llevándose la sabana hasta su pecho.

-Si no te molesta, prefiero que nuestra familia venga aquí- ella sonrió.

-Por supuesto que sí, apartemos unos cuantos boletos de avión para mañana, ¿te parece?-

-Todo lo que a ti te parezca- dijo ella amablemente. Él besó sus labios de nuevo...

(...)

La familia se había reunido para la noticia que el matrimonio daría. No había sido difícil reunirlos, pues Simon había dicho que era una emergencia. Nadie hizo preguntas y ambos lo agradecieron. Victoria y Daniel habían cancelado sus 16 horas en el hospital, aunque prometieron reponer el tiempo perdido con sus días de descanso.

Simon con ayuda de Adele, Matty y Lea, organizaron una pequeña celebración para así dar la noticia.
Cuando su familia llegó, el matrimonio los recibió con una sonrisa. Adele abrazó primero a su madre, desde luego. Las hormonas la hicieron llorar, aferrandose a los brazos de su madre.
Simon abrazó a Eleonor y Victoria en cuanto las vio.

-Bienvenidos a esta su Hacienda- dijo Simon tomando la mano de su esposa. -Hemos preparado una pequeña tertulia para celebrar la vida-

-Esta es nuestra emergencia, queríamos que todos estuvieran aquí con nosotros, y les agradecemos- Adele miró a Daniel y a Victoria. -Que estén aquí, a pesar de que tienen mucho trabajo. No saben lo feliz que nos hace-

-No te preocupes por nada Adele, la familia es primero- Daniel le sonrió.

...

Cuando pasaron a la cocina, Matty y Lea habían servido la comida, copas de vino y fruta al centro de la mesa. Adele y Simon disfrutaban de la compañía de su familia.
La comida se había acabado, las copas habían sido servidas nuevamente, pero ahora Simon lo había hecho, pues Matty y Lea estaban sentadas en la mesa también.

Falling in love again Donde viven las historias. Descúbrelo ahora