IX. Casi Asesinada

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Anabella tenía su mente turbada porque no sabia como hacer que Alejandro confesara lo que ella sospechaba desde que Pilar le dijo como era aquel brujo, pero al parecer el destino o lo que fuera, se iba a encargar de que Anabella tomara la peor decisión posible.

El padre Víctor la envía a llamar con uno de los monaguillos de la iglesia, llamado al cual ella responde acudiendo a la iglesia, al entrar ella ve al padre con un rollo en sus manos el cual tiene un listón rojo alrededor junto con el sello del Santo Oficio. Anabella sabía que eso no podía ser bueno. Se adentra en la iglesia al encuentro con el padre Víctor el cual con un gesto de preocupación le entrega el rollo el cual abre Anabella de inmediato llevándose una gran sorpresa.

"Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición

Que la paz de Dios este siempre contigo Anabella.

Nos dirigimos hacia ti de una manera breve para manifestar nuestro descontento ante la falta de información sobre el caso el cual manejas, por lo que se ha decidido de manera unánime que se te restaran dos meses de estancia en la localidad, si en ese lapso no has logrado tu objetivo, con todo el pesar de nuestro corazón tomaremos las medidas necesarias para poder cumplir lo que tu no pudiste. Esperemos que eso no ocurra ya que de ser así en el peor de los casos se realizara una purga total del pueblo, así que para evitar ese suceso te pedimos noticias prontas y resultados satisfactorios con relación a tu tarea.

Que Dios te guarde y te Bendiga.

Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición."

Anabella estaba desconcertada, si bien era cierto que no había dado noticias sobre algún progreso sobre su misión, el hecho de que el Tribunal tome decisiones apresuradas era algo muy raro teniendo en cuenta lo que la organización representaba, pero ese era el menor de los problemas en el trabajo de Anabella ya que tenía que encontrar una manera en la cual tuviera la información que necesitaba para evitar la posible purga ante su fallo lo cual dejaría marca en la historia, una marca no muy buena de recordar si pasara a la historia.

Anabella regresa a la posada pensativa sobre su siguiente movimiento, al entrar al lugar se encuentra con Alejandro y Marta en la recepción quienes al verla entrar centran sus ojos en su rostro con expresión melancólica y pensativa:

- ¿Te sucedió algo? - pregunto Marta con una voz comprensiva y suave

- No, para nada.

- Entonces cambia esa cara.

- Es que no se que hacer. ¿De que maneras puedo conseguir conocer bien a una persona? ¿Usted lo sabe?

- Mmm... Yo conocí muy bien a mi difunto esposo cuando estábamos en cortejo. Es como si el sentimiento de afecto hace que las personas obtengan confianza con su acompañante.

- O sea que según usted si yo quisiera conocer bien a alguien, tengo que... ¿enamorarme? - Dijo Anabella con un tono de duda por la respuesta de Marta.

Marta se limita a solo afirmar su postura asintiendo con la cabeza por lo que Anabella agradece y se retira a su habitación, pero Marta la sigue con la mirada, como si sospechara que Anabella tiene algo entre manos o tiene la corazonada de que su pregunta tenía un propósito mucho mas oscuro de lo que ella piensa. Pero eso lo averiguaría pronto, después de que Anabella se retirara, Alejandro se retira de la posada prometiendo un regreso rápido ya que el seguía con su búsqueda de la ultima pieza para el ritual que tenia entre manos.

Marta se queda completamente sola en la posada, teniendo el presentimiento de que la pregunta de Anabella tenía un propósito, sabia que el hecho de que Anabella tenga el concepto de que Alejandro es el brujo de la secta era algo que a lo que Marta temía ya que sabe cual es el resultado si Anabella llegase a notificar al Santo Oficio. Sin vacilar tanto, Marta se dirige a la cocina de la recepción tomando un cuchillo de carnicero el cual oculta en su espada y se dirige muy decidida al segundo piso donde se encuentra Anabella, estando ella en frente de la puerta de la habitación da un suspiro como si tratare de calmarse para que después diera dos golpes leves a la puerta a lo que Anabella contesta al llamado:

La Inquisidora y El BrujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora