- Que tal Anabella.
- ¿Qué tal?
- Si, yo se que no me conoces, pero yo a ti sí.
- Primero dime ¿quién eres?
- Me conocen como "La Sombra" y así me conocerás tú.
- Y ¿Qué quieres de mí?
- Primero que salgamos de aquí a un lugar más privado.
Anabella estaba confundida, como era que dos mujeres completamente desconocidas sabían incluso su nombre cuando ignoraba el de ellas. Pero al parecer si le habían hablado era por algo serio así que no tuvo mas remedio que acceder a la propuesta.
Las tres mujeres se dirigieron a la parte trasera de la iglesia en donde no había ni una sola alma además de que no las escucharían hablar. Entonces Valentina cegada por la ira que sentía después de saber la información recopilada por "La Sombra" tomo la palabra:
- Así que tu eres Anabella, quien lo diría.
- ¿Y tú eres?
- Soy Valentina
- ¿Qué deseas?
- Realmente deseo mucho, pero en estos momentos creo que puedo decirte lo que mas deseo que ocurra. Pero antes déjame confirmar algo.
- ¿Qué quieres confirmar?
- Hace mucho había rumores de que la Inquisición enviaría a alguien al pueblo para una expedición y erradicar una secta. ¿Eres tu esa persona que enviaron?
- Eso no debe de importarte en realidad.
- Así que si eres tú.
- ¿Por qué asumes que soy yo?
- Porque eres como un libro abierto y se te da mal mentir, estas nerviosa, las manos te sudan y, sobre todo, no me ves a los ojos.
- ¿Y que si lo fuera?
- Pues seria una grandiosa coincidencia ya que entiendo que te enviaron a buscar un brujo llamado "Serk" ¿Cierto?
- ¿A dónde quieres llegar con este jueguito?
- ¿Tu sabes quien es el brujo que buscas?
- Aun no. – De nuevo Anabella aparto la mirada de Valentina.
- Mientes. Sabes quién puede ser, pero aún no lo confirmas, aun así, estas convencida de que es esa persona que sospechas.
- Bueno ya dime ¿Qué carajos quieres?
- Solo confirmar tus sospechas. Tu brujo es aquel con quien te besaste ayer de manera tan amorosa.
- ¿Tu como sabes eso?
- Así que si es cierto.
"La sombra" toma la palabra haciendo a un lado a Valentina respondiendo a la pregunta de Anabella:
- Lo sabe por mí.
- ¿Y cómo lo sabes tú?
- No me dicen "La sombra" por anda pequeña ilusa. Los últimos tres días te he seguido día y noche sin que te dieras cuenta, se todo lo que ha pasado en este tiempo incluso lo que te sucedió hoy que si no me equivoco de nuevo te acortaron tu lapso para capturar a tu brujo.
- Maldita entrometida.
- En fin – Dijo Valentina – que necesitas para que se lleven a tu brujo y te largues de aquí.
- Obviamente escuchar de su propia boca que él es a quien busco.
- Muy bien. – Dijo Valentina.
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La Inquisidora y El Brujo
RomanceUna inquisidora con la única misión de erradicar la herejía en una ciudad decide enamorarse de un hombre que ocultamente es un brujo. Una decisión para nada acertada pero ella no lo sabia hasta que ocurre la tragedia que se podía esperar y ella camb...