XII. La Revelación del Incógnito

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Después de aquella noche la relación entre Anabella y Alejandro paso a un plano mucho mayor, se les veía juntos en todo momento demostrando lo que sentían el uno al otro. ¨

Para el tiempo en el que vivían estas muestras de afecto eran mal vistas ya que la sociedad era demasiado conservadora, pero en el caso de ellos era diferente ya no tenían una familia a la cual obedecer, en aquel pueblo eran libres así que estaba omitido el proceso de cortejo de la época.

Mientras tanto en un lugar un tanto en las lejanías del pueblo, exactamente en la línea limite del territorio se encontraba una persona vestida completamente de negro como si de la muerte se tratase. Esta persona era de estatura media y es el único dato para revelar ya que de momento este sigue de incognito para todos. Era ya entrada la tarde cuando nuestro personaje se disponía a retirarse a su destino el cual es bastante curioso: El sótano de adoración a Astaroth.

Al entrar puede verse una reunión que se podría decir que consta de todos los creyentes a este movimiento, estaban en pleno "sermón" cuando aquel humano irrumpe en la charla:

- ¿Donde esta Serk? – Pregunto en un tono eufórico. Su voz era suave y aguda lo cual ya daba la pista de que era mujer.

- ¿Quién lo busca? – Dijo Valentina en un tono, aunque imponente parecía más fingido.

- Eso no te incumbe, ¿Dónde está ese maldito?

- ¿Qué necesitas? – Dijo Serk al fin saliendo detrás de Valentina.

- ¿Necesito hablar contigo?

- ¿Y si no lo hago?

- Créeme, no quisieras que hablara de algo demasiado malo para ti y demasiado bueno para mí.

- ¿Qué tan malo es para mí según tu?

- La muerte amigo mío, la muerte. – Dijo la mujer en un tono serio.

- Esta bien, pero ella viene conmigo. – Dijo señalando a Valentina.

Así pues, estos salieron del sótano quedando solo Serk, Valentina y aquella mujer envueltos en a la poca luz se filtraba entre las casas que acorralaban aquel sótano. Entonces la mujer hablo:

- ¿Dime que hiciste la noche de la fiesta del pueblo?

- ¿Para que quieres saber eso? – Dijo Serk extrañado por la pregunta.

- Solo responde.

- Estuve aquí en el altar.

- O sea que tu no estuviste en el techo de la iglesia con la forastera que vino hace poco más de un mes.

- No. – Dijo con inseguridad.

Estaba nervioso, sabia que si este se delataba o si hacia un gesto que dijera todo lo contrario seria su fin y por consiguiente no conseguiría su propósito.

- Te ves nervioso.

- Solo dime lo que tengas que decirme. – Dijo Serk con un tono más serio.

- Que no me engañas, se que tu estuviste esa noche con esa mujer y se también que ocurrieron ciertas situaciones afectivas las cuales amigo mío me parecían impropias de tu parte.

- ¿Algo más?

- O sea que si aceptas que eras tú.

- ¿Tengo otra opción?

Valentina estaba excesivamente enojada desbordando toda su ira en la profundidad de sus ojos oscuros y tomándolo del hombro hace que Serk realice un giro de 180 grados de manera que quedaron de frente:

La Inquisidora y El BrujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora