Park Jimin está comenzando una nueva vida como adulto. Pero gracias a un estafador, accidentalmente termina viviendo con el hombre más rico y arrogante de Seúl; Min Yoongi.
❝El amor es el punto medio entre estos dos polos opuestos.❞
부자
✿╎Autora: @k...
"No me agrada la idea, Yoon." La fina voz de Jimin se escuchó desde el pequeño probador. Yoongi lo estaba esperando impaciente, mientras le suplicaba al cielo que el menor finalmente se decidiera por un atuendo.
Había perdido la cuenta de todos los conjuntos que Jimin se había probado.
"¿Sigues ahí?" El cuestionamiento del menor lo hizo volver a la realidad.
"Sí." Rascó su nuca. "¿Está todo bien?" Cruzó las piernas, esperando una respuesta, pero sólo pudo escuchar unas cuantas quejas del rubio detrás de la brillosa puerta blanca frente a él.
"Creo que esto no es de mi talla." Masculló con dificultad.
"¿Q-quieres algo de ayuda?" Preguntó, poniéndose de pie.
"¿Puedes llamar a una de las chicas de-?"
"Ni lo pienses." Antes de que pudiera decir algo más, Yoongi tiró de la puerta que los separaba y entró al probador sin más.
El diminuto espacio que los rodeaba, hizo que sus cuerpos chocaran de inmediato.
"¿Qu-que mierda estás haciendo?" Es susurro de Jimin se mezclava con una ola de irritabilidad. "Salte ahora, no cabemos aquí." Intentó remover su pequeño cuerpo.
Sus miradas se conectaron por medio del espejo que tenían en frente. Yoongi bajó su vista, recorriendo la esbelta figura del menor desde su cálido y colorido reflejo.
"D-deja de mirarme así." Habló, ruborizado, golpeándolo levemente con el codo derecho.
"Querías ayuda."
"¿Eso qué tiene que ver?"
"No encuentro el problema."
Jimin rodó los ojos, dándose vuelta torpemente hasta quedar a centímetros del chico de ojos oscuros.
"El cierre de mi pantalón, no sube." Su voz era inexpresiva.
Yoongi bajó la mirada hasta su entrepierna, causándole a Jimin un torbellino de calor puro que poco a poco fue atacando sus mejillas. El mayor tomó el cierre del menor y lo subió sin sentir ni una pizca de vergüenza.
Jimin sintió sus ojos a punto de abandonar su rostro.
"Asunto resuelto." Habló el mayor.
El rubio estaba paralizado.
"No actúes como si jamás te hubiera tocado ahí." Su voz traía consigo un toque de humor que lo hizo estremecerse más. "No soy un experto en moda pero... Te ves realmente bien."
El menor mordió su labio levemente y asintió. "E-es lindo."
"Bien, lo llevaremos." Le dedicó una última mirada al chico antes de abrir la puerta. "Cámbiate, se nos hace tarde."
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