004 ❝Revelación❞

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Jimin pasaba tranquilamente las hojas de aquel libro, sintiéndose más relajado de lo que había esperado. Era de las pocas actividades interesantes que podía realizar mientras estaba encerrado en ese lindo apartamento.

Habían pasado dos días.

Cuarenta y ocho largas horas en donde su único consuelo era escuchar las exquisitas melodías que emitía Yoongi mientras tocaba su piano. Algunas veces era tan idílico para Jimin que involuntariamente comenzaba a bailar por todo el lugar.

La mayoría de las veces, -cuando ninguno de los dos se encontraba-, la tranquilidad inundaba el ambiente, creando un entorno excesivamente apacible. 

Aunque no todo era horrible entre ellos, ya que habían encontrado pocas cosas que tenían en común como desde sus gustos musicales o  hasta el tipo de comida que pedían de almuerzo. Casi siempre ordenaban lo mismo.

Jimin soltó el libro dejándolo sobre la mesa y poniéndose de pie.

"Yoongi." El menor llamó a su puerta y de inmediato la música cesó. "Iré al supermercado, ¿Quieres algo?"

Al chico le parecía alarmante no haber visto al mayor por más de 24 horas, ya que se la pasaba encerrado en su habitación tocando el piano una y otra vez.

"No." Escuchó al otro lado de la puerta.

"Bien, entonces me iré."

"Puedo ordenar comida." La puerta por fin se abrió, dejando ver a un Yoongi demacrado. Tenía el cabello más lacio de lo normal cayendo sobre su rostro haciendo casi imposible ver sus ojos.

"Estoy acostumbrado a salir a comprar mis alimentos. Pero prometo encontrar un trabajo pronto, tal vez le pida a Jungkook que-"

"¿El mesero idiota del restaurante barato?"

"Yo no creo que sea un tonto, él es un buen chico y-"

"Bien, como quieras." Iba a cerrar la puerta pero el pequeño pie de Jimin se lo impidió.

"Mmm, bueno... Yo..." El menor rascó su nuca nervioso, evitando su mirada. "Yo, dejé mi cartera en mi auto y, ya sabes-"

El pelinegro se alejó y segundos después volvió con su billetera, sacando un fajo de billetes y entregándoselos al rubio.

"Gracias, Hyu-" Dio un portazo.

Tal vez para Min Yoongi, Park Jimin era un don nadie, sin embargo, el joven había estado observando al mayor durante días y en realidad se sentía preocupado. No tenía idea de los problemas en los que Yoongi estaba metido y sinceramente no eran de su incumbencia, pero tenía que ayudarlo, o al menos hacer el intento.

Aunque tuviera que romper su promesa.

Tragó saliva cuando su mano tocó la perilla de la habitación del chico de ojos cafés.

Se obligó mentalmente a abrirla y cuando por fin lo hizo, sus ojos captaron una amarga escena.

Yoongi estaba sentado de espaldas a Jimin en el borde de su cama.

Llorando en silencio.

El menor cerró la puerta detrás de él y se quedó quieto.

"¿Quieres hablar?" La voz de Jimin era suave.

 Yoongi se tomó unos segundos para responder. "Creo que te dejé muy en claro que no quiero que te metas en mis asuntos." Masculló grosero.

"Y yo creo que te estoy dejando muy en claro que no me importa lo que digas." Contra atacó.

Rich Boy ; YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora