El Dolor al unir las constelaciones

Mis Demonios.

Siempre he sido algo reservado, la vida me parece tan complicada desde diferentes puntos de vista, creo que nadie podrá entenderme y es por eso que siempre decido callar, y es que tengo demonios como cualquier otro, tengo un pasado oscuro el cual no me gusta hablar y aunque quizás me persiga, solo sale a flote en aquellas noches de fiesta donde los tragos hacen de la suya y el sexo... el sexo saca aquellos demonios que llevo en mi.

Siempre he dicho que no confío en las mujeres, mi madre desde muy pequeño volvió mi corazón de piedra y todo mis sentimientos fríos, algo así como si alguien hubiese metido mi alma en un congelador y me dejara ahí para siempre, no lo sé, simplemente me cuesta mucho sentir.

El demonio que más detesto de todo es aquel sentimiento de tristeza, ira, ansiedad, desesperación, siempre he dicho que es la madre de todos, me controla en cierta parte, pero es tan vulnerable cuando alguien se acerca, simplemente se camufla como un militar entre las hierbas para así pasar desapercibido.

A veces he sentido que la vida se apaga pero decido levantarme y prenderla con lo único que quizás me llena un poco el alma, soy el típico chico que va a fiestas, tiene sexo con mujeres desconocidas, ama las carreras y perder dinero en peleas tontas simplemente para sentirme más vivo; lo sé, yo también a veces me doy lástima, a veces no, siempre.

Nadie culpa a mi demonios, yo los controlo, pero a veces ellos lo hacen conmigo, soy un caos, un desastre, alguien cobarde que solo se camufla en los pecados de la vida.

Yo pensé que conocía el mayor de los demonios, yo pensé que podía ser el caos más grande, pero llegó ella.