3. tensión en la superficie

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warning ⚠ : fetiches sexuales relacionados a la dominación y el sadomasoquismo. no leas si eres sensible a esto.












Narra Jungkook

Aún recuerdo la primera vez que ví a Jimin.

Y cada vez que recuerdo ese momento sólo lo odio más.

Cada segundo que pasa se vuelve más insoportable para mí.

¿Por qué odio a Jimin? Porque me reemplazó en el equipo de fútbol, llevándose mi sueño lejos. Y también porque es un completo idiota como persona, claro. 

Pero hay algo más, por supuesto que sí.

Sólo que es algo que no me gusta admitir.

Yo deseo a Jimin de la manera más fuerte, intensa y enferma de todas.

Es más que simple lujuria y excitación. Muchísimo más que eso.

Es el fuego máximo del deseo.

Quiero quebrarlo al estilo más BDSM posible. Quiero volverlo nada. Quiero ver sus ojos llenos de lágrimas, que se someta ante mí y me deje dominarlo.

Necesito verlo débil. Vulnerable. Suplicándome por más, siendo torturado antes de llegar a un orgasmo.

Necesito que él agache su cabeza ante mí si yo se lo ordeno, porque quiero herirlo de la manera más exquisita.

La intensidad de ese deseo es tan diferente a lo que he sentido antes.

Hacerle daño con este extraño deseo.  Eso quiero es lo que quiero.

Pero nunca jamás podría parar luego de tenerlo una sola noche, eso lo sé muy bien. Y esa es la verdadera razón por la que cambié de opinión sobre el trío.

Yo quiero tener la oportunidad de sostenerlo en mis brazos, pero me asusta que tal vez luego no podría vivir sin su piel, sin tocarlo.

Odio a Jimin, porque aún cuando no me agrada él no puedo evitar desear su cuerpo.

Antes de saber que Jimin sería mi reemplazo temporal en el equipo de fútbol del instituto, lo encontré follando en el gimnasio con otro chico.

En ese momento no tenía idea de quién era él, sólo podía ver como era empujado contra la pared y él enrollaba sus piernas alrededor de la cadera del chico, quién embestía haciendo a los revueltos cabellos de Jimin sacudirse.

Él estaba sudando, sus mejillas estaban enrojecidas y sus labios más grandes, hinchados y rojizos que nunca. Él se veía como alguien que la estaba pasando bien, aquella expresión en su rostro apretó el botón necesario para darme una loca atracción hacia él.

Sus gemidos no pararon de sonar en mi cabeza nunca más.

Debí haberme ido al ver a dos chicos follar en el gimnasio, pero había quedado atrapado y cautivado por
ese desconocido pelinegro. Jimin.

El chico que se lo estaba follando no podía verme, porque estaba de espaldas a mí, pero inevitablemente mis ojos se encontraron con los de Jimin.

seimein♡kookmin ( en edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora