13. mantén cerca a tus amigos

30.9K 2.8K 1.7K
                                    

Él lo empuja con fuerza contra el cubículo y Jimin se agarra débilmente de su nuca mientras gime.
Por la diferencia de estatura, su rostro está en el mentón de Jungkook.
Entonces deja un pequeño y tierno beso allí.

Sus piernas rodean la cadera de Jungkook.

Sus cuerpos se presionan el uno al otro.

Jungkook inclina su cabeza hacia él, juntando sus frentes. Mirándole a los ojos.

Jimin sigue moviendo sus caderas y Jungkook no entiende cómo puede hacerlo tan exquisitamente, pero se siente atrapado. Enredado en una telaraña de pasión.

Jungkook empieza a sentir fascinación por ese ser, la manera en la que sus movimientos pasan de ser rápidos a lentos, sus ojitos entreabiertos y sus mejillas completamente enrojecidas.
Su frente está perlada por el sudor y sus labios entreabiertos sueltan suspiros, gemidos y jadeos.

Jimin sabe que Jungkook lo observa. Sabe que sus ojos tienen un brillo perverso y que está encantado con él.  Y eso le encanta.

Jungkook sabe que Jimin lo sabe, cuando bate sus pestañas hacia él delicadamente, sabe el efecto que tiene sobre él. Y a los dos les encanta.

Y ahí están esos labios que son como un imán para Jungkook. Deliciosos y rojos como las cerezas, su boquita abierta para él, tentándole.
Porque siente que cuando los une a los suyos crean arte.
Succiona y muerde, una y otra vez. Repetidas veces, sin cansarse de hacerlo. Los gemidos del pelinegro se ahogan contra su boca y Jungkook daría lo que fuera necesario para escucharlos por el resto de su vida.

Jimin está moviéndose contra él como si quisiera que follaran con la ropa puesta. En ese baño. Ahí mismo.

Jungkook está casi sin aliento. Todavía no comprende la existencia de alguien tan caliente y consumidor como Jimin.

Los dos callan  gemidos con sus besos.

Y cuando las manos de Jungkook se deslizan desde la espalda del pelinegro hasta la parte baja, siente algo vibrar dentro de el bolsillo de Jimin. Es su móvil. Alguien le está llamando, y cuando Jungkook lo entiende, rompe el beso.
Mira a Jimin, confundido. Este está sonriendo  maliciosamente.

Jimin pone sus pies en el suelo, nuevamente, pero Jungkook se niega a dejar de sostenerlo. No quiere que el momento se acabe. No quiere dejar de tocarlo. 

Ahora el más alto tiene un ceño fruncido y el pelinegro no deja de sonreír.

—¿Me lo pasas, amor? Tengo que contestar. Podría ser importante.

—Estábamos ocupados —reprochó Jungkook—. Y no me llames amor. No soy el amor de nadie, principito.

—No te sientas especial, papi gruñón— ríe, actuando tierno falsamente—. Que no eres al único que se lo digo.

—Voy a decomisar tu móvil por esos malos comportamientos— le guiña un ojo, metiendo su mano en el bolsillo de este para robarle el móvil y reír cuando Jimin quiso alcanzarlo sin éxito, pues él extendió su brazo hacia arriba, impidiéndole tomarlo —. Nada de teléfonos hoy, bebito mío —sonríe, burlón. Esta vez guarda el celular en su propio bolsillo.

—No puedes robarme el móvil —Jimin se cruzó de brazos—. Dame mi teléfono, hijo de puta.

—Shhh, shh, shh— sostiene el rostro de Jimin entre sus manos—. Nada de malas palabras o el castigo será peor — Jungkook mira directamente a los ojos de Jimin, haciéndole un puchero que se sentía malditamente sarcástico.

—¿Acabas de hacer un puchero? Joder, jamás pensé que te vería haciendo uno— los ojos de Jimin brillan con una extraña emoción en ellos, y por alguna razón, Jungkook sospecha que los suyos también brillan.

seimein♡kookmin ( en edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora