15. debo confesar

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Jungkook.

Jungkook.

Repetía su nombre dentro de aquel pequeño armario, intentando no olvidarlo. Como castigo, su padre lo encerraba y le torturaba. No recordaba cuántos días llevaba sin comer y a penas podía conversar su cordura.

—¡Jungkook!

Abrió sus ojos de golpe, incorporándose en la cama. Todo a su alrededor daba vueltas. Su frente estaba empapada y por su cuello también se deslizaban gotas de sudor. Su cuerpo se sacudía, temblando por los escalofríos que lo recorrían aún si sudaba como si fuese el día más caluroso de todos.

Sus labios estaban pálidos y todo su rostro había perdido color.
Se sentía sofocado, débil. Respiraba con dificultad.

Su pecho subía y bajaba, agitado.  

Sentía una opresión en la garganta que le quitaba el aliento, lo mataba.

Se sentía como si estuviese cerrado a la realidad, como si estuviese encapsulado en un mundo que no era el suyo.

Yoongi gritaba su nombre, pero aunque Jungkook llevara sus ojos hacia él, seguía teniendo la sensación de que sus movimientos eran como los de un robot. Sentía que su visión iba en bloques.
Empezó a sentirse muy angustiado. Rápidamente, sus ojos se llenaron de lágrimas.

Yoongi observaba, preocupado, cómo halaba de sus cabellos por la frustración de no poder salir de su estado de pánico. Le dijo algo y se acercó, lentamente, a él.
Pero para Jungkook su voz sonaba lejana.

Jungkook gritó cuando su mejor amigo quiso rodearlo con sus brazos. Lo alejó, empujándole y gruñendo. Aún sin poder escucharlo bien y con la visión nublada por las lágrimas.

—Jungkook. Hey, Jungkook. Fue sólo una pesadilla, ¿está bien? Fue sólo un sueño—los ojos de Yoongi se cristalizaron al ver a su amigo derramar varias lágrimas, su expresión demostraba lo muy preocupado y afectado que estaba por el estado de Jungkook. Su corazón latía rápido por lo muy asustado que estaba, pues no entendía lo que estaba pasando—Todo está bien. Estoy aquí contigo.

Jungkook asintió, logrando dejar ir de sus dedos las hebras de sus cabellos.

Yoongi subió a la cama. Se acercó a su amigo, inseguro. Le pidió permiso con la mirada para estar a su lado en un momento así.

Cuando Jungkook asintió, Yoongi soltó un suspiro lleno de alivio y se desplomó a su lado, rodeando a Jungkook con sus brazos.

El castaño correspondió el abrazo de Yoongi, aferrándose a su camisa.

—Lo siento—a penas murmuró Jungkook—. Lo siento.

—Estaba haciendo el desayuno y te escuché gritar. Sonabas tan desesperado que juro que me hiciste pasar el susto más grande de mi vida, maldita sea. No me asustes así nunca más, hijo de puta. Cuando me di cuenta de que sólo estabas soñando me alivié mucho.

—Perdón, joder— sollozó, ocultando su rostro—. Es sólo que no era tan sólo un sueño más.

—Jeon—rió Yoongi con lágrimas en sus ojos—Maldito, me asustaste. Pero ahora estás aquí y no allá, ¿está bien? Estás seguro.

—Yo también estaba asustado.

—¿Qué estabas soñando?—preguntó, aún preocupado—. Al menos quiero saber.

—Cosas de la infancia. 

—¿Si te digo lo que escuché que gritabas no te vuelves a poner como loco?—pregunta, dudoso.

seimein♡kookmin ( en edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora