Narra Seohyun.
Mi vida se reducía a ese momento.
El momento en que la conocí a ella.
Dicen que cuando eres adolescente te creas tu propia tormenta en un vaso de agua, crees encontrar al amor de tu vida cada dos segundos y te duele mucho más que te rompan el corazón.
Y desde ese instante todo se resumió en ella. Tanto que me ahogaría en la tormenta de mi vaso de agua si llegaba a perderla.
Fingíamos ser amigas frente a mis padres.
Fingíamos compartir sonrisas de amigas, miradas cómplices de amigas y abrazos de amigas.
Ella siempre estuvo conmigo, como si fuéramos una misma persona. No había razón alguna para ir a un lugar si no iba la otra, porque éramos inseparables. Éramos ella y yo donde sea y cuando sea.
Y más que una historia de amor prohibido, para mí es el relato que retrata lo mucho que te hiere depender emocionalmente de alguien más.
Porque ella se convirtió en el centro de todo, la razón de mi existencia y más. Me hirió tanto amor. Me hirió llegar a ser tan cercana a alguien que jamás se me pasó por la cabeza perderle.
Me hirió amarla.
Porque la amé tanto que eso me hizo olvidar que así como todo lo malo termina, lo bueno también.
Me hirió olvidar que nada es para siempre.
Ella significaba tanto que era la única persona que necesitaba para no sentirme sola. Pero si se iba, aún con muchas más personas apoyándome, seguía teniendo ese sentimiento de soledad apuñalándome en el pecho.
Ella lo llenaba todo, así que por un tiempo ya no estuve vacía.
Porque yo amaba a alguien que también me amaba. Y eso otra persona lo destruyó.
Estudiábamos juntas y volvíamos a casa juntas.
Su madre la iba a buscar en la noche a mi casa. Al día siguiente, eso se repetía. Y a veces, los sábados, ella dormía en mi casa y yo podía abrazarla toda la noche.
Su nombre era Sara.
Una chica extranjera que se convirtió en una gran amiga gracias a que sus padres eran socios de los míos.
Con el tiempo me enamoré perdidamente de ella.
Y lo mejor fue que ella también se enamoró de mí.Con ella entendí que eso era la felicidad.
Cuando sientes que todo se reduce a ese momento.La manera en la que enredaba mis manos en sus cabellos y el deseo interminable de tenerla cada vez más cerca aunque ya la estuviera besando.
Todo eso me hizo que ni siquiera teniendo presente lo que me habían inculcado mis padres encontrara la manera de evitar amarla.
Yo simplemente tiré todo a la mierda y la amé, descubriendo en el proceso algo mucho mejor que todo lo anterior. La esperanza.
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seimein♡kookmin ( en edición )
FanfictionDetrás de la fachada de una existencia aparentemente desordenada, dos chicos luchan con sus propios demonios. Uno, esclavo de sus deseos sexuales; el otro, atrapado en la inseguridad. Pero ¿qué hay de verdad en estos besos, en este sexo, en los sen...