El día en que me quieras ✘Jintae

Consolarte.

Era finalmente el dia de nuestro debut. Casi no habíamos podido dormir aquella noche. Los nervios nos estaban carcomiendo.

Llevábamos planeando esto desde hace varios meses y tras mucho esperar había llegado el frabulloso día.

Nos encontrábamos en el estudio, listos para hacer el stage de No More Dream. Estábamos mas preparados que un yogurt, de verdad habían sido demasiadas horas de práctica para poder llegar a este momento.

Los estilistas ya se habían encargado de darlos el estilo acordé a nuestro concepto. Todo hiphop de bajo presupuesto, pero era nuestra esencia y estábamos tan emocionados.

Después de eso no pude verte personalmente mucho más. Ramón nos había dado algunas palabras de aliento y nos paramos en aquel escenario.

Todo pasó demasiado rápido. Habíamos hecho la coreografía y finalmente Bangtan sonyeondan había debutado.

Cuando bajamos del escenario, todos nos dimos un abrazo acogedor. Lo habíamos logrado después de meses de sangre, sudor y lágrimas.

Nos separamos un poco y luego pude ver que tus mejillas se teñian de lágrimas, acompañadas de una expresión rota. Entre el furor del momento solo pude entender algo de que habías tenido problemas con el equipo de sonido y con el vestuario.

No pude acercarme, teníamos que finalizar unos detalles. Así que decidí dejarlo para después, esperando que estuvieras bien, después de todo Jimin ya te había abrazado fuertemente y el si que daba buenos abrazos.

Comimos finalmente una comida decente para celebrar, porque habían sido meses de estar comiendo solo pechuga de pollo para estar delgados en nuestro debut. Los managers nos habían permitido este desliz.

Brindamos un poco, porque finalmente habíamos logrado muestra meta y quedaban muchas otras cosas por delante. Lo habíamos logrado todos juntos.

Esa noche, ya sin preguntar me metí en tu cama como si fuera la mía propia y te atraje entre mis brazos con fuerza. Te había extrañado tanto durante el día, pero este sentimiento de estar en la oscuridad de la noche con las piernas entrelazadas era muchísimo mejor.

Te escuché sollozar un poco entre mi pecho. Me habías dicho que era todo a causa de un problema con el vestuario, que estabas muy avergonzado porque los pantalones no dejaban de caerse y que sentías que habías arruinado la presentación.

Te abrace esperando que sintieras mis intenciones de sostener tu alma. Era injusto que hubieras pasado por ello, había sido falta de planeación y tampoco podía culpar a las estilistas porque ellas también eran inexpertas como nosotros.

Te aseguré de que todo estaría bien, que los editores del programa se encargarían de encontrar los mejores ángulos y que nadie tendría porque enterarse del accidente, que no habías arruinado absolutamente nada y que de hecho habías sido bastante profesional en el escenario a pesar de lo sucedido.

Escuchaste mis palabras atentamente con tus ojos brillando más que nunca por las lágrimas. Eras tan hermoso, todavía me abrumaba observar tú belleza.

Te dejaste abrazar y tras unos minutos de silencio soltaste un pequeño gracias y me diste un beso en la comisura de mis labios.

Tomó todo de mi mantener la compostura, aunque mi mente se había hecho papilla. Te dormiste rápidamente luego de eso, apegandome más a tí. Yo seguía maravillado, procesando tus acciones con un suave cosquilleo donde tus hermosos labios se habían posado y mi corazón latiendo más fuerte que nunca.

Siempre estaría allí para consolar al amor de vida, para sostenerte aunque te caigas a pedazos. Consolarte.