El día en que me quieras ✘Jintae

Distanciarme.

Maratón 4/5

Mi decisión empieza a flaquear.

Han pasado dos meses desde que te dije que no quería nada contigo.

Cada día ha sido peor que el anterior. Estamos ensayando Dope, y te has quedado hasta más tarde ensayando con ayuda de Hoseok. Hasta cierto punto estar tan exhaustos preparando este Comeback ha servido como distracción de las tensiones que hay entre nosotros. Un ambiente tan desgastante que me siento cansado constantemente.

Veo tu mirada anhelante hacia mi a veces, pero no puedo permitirme sentirla, podría ser fatal que yo termine por caer, así que trato de no mirarte demasiado. Es sin duda una situación que me está sobrepasando, a mí, la persona que tiene ojos que de alguna manera siempre saben dónde estás tú.

Hay un ambiente tenso y los dos no estamos cruzando palabras. Nada más me duele que esto, he pasado muchos dolores profundos con el amor que creció hacia ti, pero cada día me sorprendo al ver que siempre puede ser peor.

Recuerdo que al inicio, estabas muy enojado. Sólo con verme parecían saltar chispas de tus ojos, verdaderamente ofendido de una decisión que vino de la nada cuando funcionamos tan bien antes, cuando éramos un equipo. Lo entendía, trataba de ponerme en tu posición, pero eso no significaba que me fuera a alejar de las desiciones que tomé. Me mantendría firme en ellas, mis razonamientos son correctos y yo no tengo porqué negarme sólo porque mi corazón de esté rompiendo. "Mira todo el panorama, Taehyung" me repetía en mi mente para darme ánimos cuando se volvía más difícil.

La tercera semana fue una variación, parecías preocupado de verdad, porque yo no me retractaba de mi desición y me había asegurado de poner un muro entre los dos. Entonces aprovechabas momentos estratégicos para cuestionarme.

“¿De verdad ya no me vas a hablar?” “¿Vas a dejar que lo nuestro termine así?” “¿Cómo puedes ser tan injusto conmigo, Kim Taehyung?”

Eran los comentarios durante el resto del primer mes. Preguntas soltadas que me hacían apretar los dientes y aferrarme a mí fuerza de voluntad para hacer parecer como si no me importará. Frío, tenía que actuar frío para hacerte llegar el mensaje. «ya no deberíamos estar juntos».

Cuando te diste por vencido de buscar respuesta, como si estuvieras hablando con una pared, parecías tan herido.

“Espero que estés contento con tus decisiones, porque ya no hay una vuelta atrás.”

Después de esas palabras heladas, no me volviste a hablar más. Me dolió tanto el corazón que por momentos empezaba a sentir todas sus pequeñas fracturas.

Lo hacía, las lágrimas cubrían mis mejillas todas las noches por la distancia que yo mismo me encargué de poner entre los dos. Helada, mi cama no era igual de acogedora cuando no estabas presente. Ya no tenía calor por las noches, sólo un peluche de leoncito que me recordaba constantemente que por unos meses breves había logrado estar a tu lado y experimentar un amor tan hermoso que me hervía el cuerpo.

Estando en la misma habitación, te sentías a kilómetros de distancia. Aunque estirara las manos para tocarte, ya no sería de la misma forma. Aunque intentara hablarte, las palabras ya no podrían alcanzarte como lo hacían antes.

Distanciarme me está desgarrando, ¿Por qué duele tanto?

¿Por qué no puedo parar de llorar?

Te veía con tu uniforme de médico y te veías absurdamente atractivo, tú belleza me resulta dolorosa.

Ojalá aquél doctor pudiera curar mi corazón, aunque la causa del dolor sea él.

No. Me equivoco.

La causa del dolor soy yo, al alejarte de mi lado.

Es verano, y mi corazón está helado.