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.:: Febrero del año 2998, Tercera Edad del Sol ::.
El mundo había cambiado mucho durante la última Edad. La huella de Sauron se había extendido entre razas y ahora los elfos protegían con empeño sus baluartes arbóreos, y vivían ajenos y aislados de cuanto les rodeaba. Inmersos así en su modo de vivir trataban de conservar lo poco que aún les quedaba de su grandeza, de su señorío. Pero ni siquiera la tierra que pisaban y la espesura que les rodeaba eran ya los mismos. La sombra se cernió sobre ellos mucho tiempo atrás.
Sauron, a causa del error de Isildur, nunca fue derrotado del todo, y resurgió de nuevo de sus cenizas y se hizo fuerte en Amon Lanc, ahora llamada Dol Guldur, encubierto tras la identidad del Nigromante.
El bosque de Rhovanion, morada del pueblo Sindar y gobernado ahora por Thranduil, se volvió tenebroso bajo la influencia del Señor Oscuro. El libre albedrío de los árboles, que no contaban ya con la presencia de los Ents para aplacarlos, se descontroló, y muchos entraron en cólera y se dejaron llevar por el mal. Y entonces, infinidad de criaturas malvadas hallaron en ellos el perfecto hogar. Un encantamiento formulado en una lengua antigua y maldita condenó las aguas del río que lo cruzaba, al Norte, y las volvió venenosas. Y el Bosque de Rhovanion ya no fue más el lugar pacífico y maravilloso que fue en el pasado.
Debido a esto los elfos de Thranduil se vieron obligados a emigrar de nuevo, lejos de Dol Guldur, más allá de la falda de las Emyn-nu-Fuin, y más allá del río Encantado.
Entretanto, la guerra sembró muerte y calamidad entre los hombres que hasta entonces habían habitado el reino de Rhovanion. Los éothéod, criadores de caballos y jinetes habilidosos, fueron expulsados de sus tierras entre el Bosque Oscuro y el río Celduin, por los belicosos hombres balchoth durante el primer milenio de la Tercera Edad.
Pero los éothéod estuvieron siempre comandados por hombres nobles y valerosos, y respondieron ante la llamada de auxilio del desesperado Cirion, duodécimo Senescal de Gondor, y acudieron a luchar contra las fuerzas de los balchoth en los campos del río Celebrant, vengando así la vieja derrota y ganando, a cambio, aliados en Gondor y unas tierras por derecho: la provincia de Calenardhon que pasó a llamarse Rohan, la Marca de los jinetes.
Y allá, junto al Páramo, que era la zona más desploblada del recientemente fundado reino de los hombres, Lothlórien permaneció oculto a los ojos de Sauron durante casi quinientos años gracias al poder de su Señora quien, a la vez que lo usaba para sus propios fines, protegía a Nenya del alcance del Señor Oscuro.
Pero para que esto fuera posible era de vital importancia que ningún elfo abandonara el bosque y que ningún mortal penetrara en éste, a menos que fuera estrictamente necesario. Los elfos no debían implicarse en los asuntos de los hombres; a fin de cuentas, cercano estaba ya el día en que su tiempo en la Tierra Media llegaría a su fin.
Y transcurrieron los siglos. Las viejas alianzas quedaron enterradas en la memoria de los muertos. Y para los rohirrim, a finales de la Tercera Edad del Sol, el bosque de Lórien ya no fue más que la cuna de fantasmagóricas historias acerca de la hechicera que lo habitaba, cuya mirada se decía que podía paralizar a un hombre, y de su gente y de la neblina blanca con la que escondía el corazón del bosque de los ojos indeseados.
***
Celeborn estaba especialmente intranquilo aquel invierno, y las visiones de Galadriel, tanto en sueños como frente al Espejo, no sosegaban su espíritu. Según éstas, Sauron se fortalecía en la reconstruida Barad-dûr, cuyas ruinas habían permanecido milenios enterradas, y había conjurado alrededor de ésta un inmenso ejército de hombres del Sur, orcos y otras criaturas malvadas. Saruman confirmó estas informaciones y añadió, además, el conocimiento de nuevas amenazas: los nueve nâzgul se habían reunido en Minas Morgul.
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Simbelmynë (El relato de Erethor y Théodwyn - Terminada)
RomanceContra Sauron y junto a los Noldor luchó un elfo Sindar que nació en Doriath el mismo año que Glaurung abandonó Angband y que, durante la primera Edad del Sol, juró lealtad y protección a la Dama Blanca. Esta es la historia de los últimos años de a...