Capitulo 4

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Luego de tres horas de clase, al fin termino el primer día, pero el día no terminaba para mi, todavía tenía que ir a casa y enfrentarme al nuevo galán de mi madre.

Me reuní con las chicas, y nos fuimos en el auto de Olivia.

Deje mi bicicleta en el baúl y nos fuimos para mi casa. Al llegar, nos bajamos y deje mi bicicleta en la puerta de mi casa.

- Vecina- gritó una voz familiar. Era Ethan.

- Y ese quien es? - pregunto Olivia mientras que Ethan se acercaba.

- Nuevo vecino- susurre.

Por el rabillo del ojo vi como Olivia ligeramente se arreglaba el pelo y Kiara se acomodaba la falda, como si estuviera arrugada.

- Ethan, qué gusto verte de nuevo- dije con un leve sonrisa.

- A mi también me da gusto- respondió.

- Ethan, ellas son Olivia y Kiara- dije presentándolas- Mis amigas.

- Wow, parece que las chicas de este lugar son muy hermosas- dijo Ethan.

Olivia y Kiara suspiraron.

- Bueno, perdón Ethan pero una charla de chicas nos espero- dije yo- Espero verte pronto.

- Melody, siempre huyes de mi, tanto miedo doy?- dijo Ethan con una leve risa- es broma, nos vemos luego.

- ¿Quien tuviera la suerte de tener vecinos así de guapos?- dijo Kiara cuando vio que Ethan se alejó.

- Melody- respondió Olivia- Efectivamente Melody tiene esa suerte- dijo mientras miraba fijamente por donde Ethan ya se había ido.

Luego de que las chicas se fueran de mi casa, empecé a hacer el informe que nos había pedido el profesor pero no fue mucho lo que escribí por qué al rato de prender la computadora sonó el timbre.

- Melody, puedes abrir tu? Estoy ocupada- me grito mamá desde la cocina.

- Ahora voy- Le grite.

Aunque no quería abrirle a la persona que estaba atrás de la puerta de la entrada, tenía que hacerlo, por mamá, por su felicidad, para que pudiera seguir adelante.

Baje las escaleras y me fui a abrir la puerta. Al abrirla me encontré con un señor de unos 44 o 45 años, tenía el cabello negro y unos ojos verdes, era flaco pero tenía unos brazos bien trabajados y era más alto que yo.

- Tu debes ser Melody- dijo el señor- Al fin te conozco.

- Y tu debes ser....- dije con curiosidad

- oh si, perdona- respondió- Soy Esteban.

- Mi madre está en la cocina- dije mientras me corría a un lado para que pudiese entrar por la puerta- Siéntete como en casa.

Esteban me agradeció y entro. Al entrar fue a la cocina y saludó a mi mamá con un tierno beso en la mejilla, puse los ojos en blanco y empecé a poner la mesa.

Al cabo de un rato ya estaba la comida echa y decida en la mesa. Esteban y mamá se sentaron juntos y yo me senté al frente de ellos.

- Bueno, veo que ya se conocieron- dijo mamá mientras cortaba su comida.

- Si, ya tuve el placer de conocerlo- respondí mientras que hacía un esfuerzo por sonar lo más amable posible.

- La verdad qué Melody es una chica muy agradable - respondió Esteban- pero Melody, no llegue a conocerte del todo bien, apenas sé tu nombre- dijo- dime, qué te gusta hacer?.

- Bueno pues, me gusta tocar el piano y leer- respondí- y también tengo la habilidad de terminarme series de Netflix súper rápido.

- wow, eso es grandioso, tienes un piano aquí para poder escucharte? - pregunto Esteban.

Esa pregunta me trajo recuerdos, después de la muerte de mi padre tuve que vender mi piano para poder pagar mis clases, toda la vida toque el piano, pero después de que mi padre muriera no quise ver un piano nunca más.

- No, no tengo- respondí, mientras que las lagrimas amenazaban con salir.

- Lo siento Melody, no era mi intención ponerte mal - Dijo Esteban- Se lo de tu padre y sé que te debes sentir.....- al decir eso llego al límite, lo interrumpí.

- No, tu no sabes nada de mi vida- le respondí- No solo por que mi madre se haya acostado contigo te da el derecho de saber mi vida y saber que se siente lo que yo sentí, tu- Dije señalando a Esteban- Tu no sabes nada- Y me fui a mi habitación mientras que las lagrimas desesperadas caían por mi rostro.

Perfecto problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora