CAPÍTULO 17

504 105 38
                                    

Y desde entonces todo se hizo una rutina.

Sí, aún había esos rumores.

Sí, aún había esa gente que me molestaba.

Sí, aún había ese sentimiento inquietante y raro en mi pecho cada vez que te veía, Harry.

Y era extraño, tener gente tu alrededor y poder ser tú mismo.

Me di cuenta de todo eso un día cualquiera que si no mal recuerdo, mi madre iba tarde a una de sus tantas entrevistas de trabajo.

Y a pesar de ello, me preguntó si quería que ella me llevase a la escuela.

Le había dicho que no, que Hermione y sus amigos iban a pasar por mi. Que no se preocupara y besé su mejilla como despedida.

Salí de casa y ahí estaban, el trio de oro.

Una Hermione Granger con un libro en mano y cabello despeinado, negro y esponjoso. Ella era divertida, podía hablar con ella sobre muchas cosas y no aburrirme. Astronomia, matemáticas, física. De todo un poco aunque, eso sí, no compartía mi sentido refinado de humor. Pero se acercaba.

Por otro lado, estaba un Ron Weasley con su cara pecosa, enojada y gruñona, y sus manos grandes en sus bolsillos del pantalón. Supongo que Ron ya había aceptado de la derrota en un juego que él mismo había creado. No hablábamos, casi nada, pero veía pequeños gestos de arrepentimiento que demostraba a veces con palabras, a veces con acciones.

Por último, un Harry Potter con sus melenas como cabello, sonriendo y saludandome. Ese quien, sin importar nada, seguía a mi lado. Ese quien, en las buenas y en las malas, me daba la mano para levantarme. Ese quien era, sin duda, alguien con el corazón más amable que he conocido.

Y luego estaba yo, Draco Malfoy.

-
¡FELIZ CASI ANIVERSARIO!

Ya va a ser un año desde que publiqué esta historia (mañana será el gran día).

Unos se fueron en el transcurso de la misma pero otros se quedaron y, wow.

Los amo, en serio. Me alegra saber que lo que escribo es suficiente bueno para que gente la siga apoyando

¡Gracias!
❤️❤️❤️

Una serie de cartas brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora