La casa de los Sevenzuela -Seventeen y tú-

8

Ya la fiesta había empezado como tal. Las personas iban a saludarse, las chamitas se levantaban para hablar con Jeonghan y Seungcheol, los cuales si estaban parados saludando a los amigos del colegio.

Bueno, no todos los chinos son bonitos, les digo.

— Hansol.—Le hablé a Hansol, que estaba al lado mío. Me miró y se acercó a mí.— ¿Cuál es la ex novia de Mingyu?

—Ah, Xiomara.— río por mi cara al escuchar el nombre y empezó a ver al rededor.— Estem... Está allá, la de los pelos indios.

Y cuando voltee, tremendo bagre.

—Mierda.

—Viste, es más fea que un coñazo

—¿Tú tienes ex feas? —le pregunté mientras me reía. Él empezó a jugar con el tobito de hielo.

—Nunca he tenido novia de hecho. Por lo tanto no tengo ex fea.— me dijo y le pelé los ojos.— ¿No me crees? Sólo he tenido cuadres, pero soy muy lento.

—¿De qué hablan?— llegó Seungkwan a un lado de nosotros.

—Coño a ti te llama es un chiiisme carajo. —Le dijo Hansol y Seungkwan le dió un pellizco.

—¿Y tú Seungkwan? ¿Novia o qué?

—Nada. Bueno, tuve un culo, pero no valoraba el mío así que lo mandé pal coño. —me sonrió y le jaló el cachete a Hansol.— Hansol es mi novio, ¿Verdad, gordo?

Hansol me vió y volteó los ojos.

—En su mente.

—Coño e tu madre.

—¿Y la novia de Soonyoung? —reí y Seungkwan se paró mientras veía.

—Allá está la marica esa, está con la hermanita de Jeonghan. —me dijo y Hansol miró también.

—La hermana de Jeonghan es igual de picante que él.

—Ea verdad.— Seungkwan me agarró la mano y por ende me levanté de la mesa.— Ven, te voy a presentar.

Ay nonononono.

No estoy lista.

Seungkwan me vio feo cuando le negué con la cabeza.

—¿Por qué no? Vas conmigo, ellas me jalan bola.

—Es que me da como cosa.

—¿A dónde van? —Mingyu se apareció con un plato de tequeños y Seungkwan le robó uno.— Maldito.

—A presentar a esta belleza con las cuaimas aquellas.— Dijo Seungkwan mientras se comía el tequeño. Miró a Mingyu de arriba a bajo y sonrió.— Ya sé, agarra a la muchacha y acompáñame. Para que aquellas se piquen.

Hansol sólo miraba y escuchaba lo que el loco este hacía. Mingyu se quedó en medio tequeño mientras analizaba la vaina.

—¿Cuáles cuaimas?

—Coño tú sí eres lenteja.

—Él me quiere presentar a las chamas de allá, dónde está la hermana de Jeonghan.— le expliqué y captó aún con el tequeño en la boca.

Dejó el plato de tequeños en la mesa y me dió el brazo para que yo me agarrara de él. Y así fui con Seungkwan y él a donde las niñas esas.

En cuanto me vieron agarrada de Mingyu como que se alborotaron.

—¡HOOLA MIS NIÑAS, TIEMPO SIN VERLAS!

—¡Hola Seungkwan! ¿Cómo has estado?— le dijo una de pelo negro, por la cara, creo que era la hermana de Jeonghan.