La casa de los Sevenzuela -Seventeen y tú-

12

—YO NO TE BESÉ.

—AJÁ ¿Y POR QUÉ COÑO DEJASTE ESTA NOTA AQUÍ?

La nota efectivamente estaba pegada en la puerta de mi cuarto.

"Mira, ya encontré una forma de revelar quién soy.

Intenta."

Jun estaba sentado en mi cama como niño regañado, y no lo iba a dejar salir hasta que me dijera.

—AJÁ LA DEJÉ, PERO NO PORQUE YO HAYA SIDO EL QUE TE DIO EL BESO.

—¿ENTONCES POR QUÉ LA DEJASTE?

—PORQUE ME MANDARON, SÓLO POR ESO.

—¿QUIÉN TE MANDÓ?

—NO TE PUEDO DECIR.

Hice como un toro, dejando la nota en la peinadora y sentándome en frente de Jun.

—¿Por qué no me puedes decir?

—Porque no puedo, leíste la nota ¿No? —me dijo y yo asentí.— Bueno, el que me mandó te lo va a decir en cualquieeeer momento. Relaja la cocoya.

—Pensé que ya éramos amichis.— le dije y me hice la dolida, pa ver si así medio de compadecía.

Pero cuando lo vi estaba con una cara de "Nojoda chica, vete pal coño"

—Lo somos y por eso mismo no te digo.

—Y CÓMO ESO ME SIRVE MALDITA SEA.

—Ay, sólo te diré que seguiré pegándote las pingas estas.— Me dijo y se levantó, yo hice lo mismo y al final le abrí la puerta, igual tenía sueño.— Pero sólo una cosa Victoria Margarita.

—¿Qué?

Se acercó a mí y yo a él, vio a los lados y con un misterio mardito se me pegó a la oreja.

—No es que lo sepa todo, yo sólo ayudo.

Yo lo vi raro, pero sólo me dejó un besito en la frente y cerró la puerta.

Eso no me ayudaba mucho, aunque eso me dice que el que me besó tiene un aliado: Jun.

Pero... ¿Y si tiene más?

...

En la mañana no podía aguantar la risa, más con la cara de Minghao por la quejadera de Seungcheol y Soonyoung.

Ah, y buena noticia, mi ojo ya estaba mejor. Aunque seguía morado en la ceja, pero nada que un corrector no tape.

—Mano me duele burda la cabeza.

—Quién te manda a mezclar carta roja con anís.— Minghao ni se inmutaba a ellos.— Aguardiente no es caraaaato.

—¿Me puedes buscar una pastilla? Por favorcito.— Soonyoung se abrazaba a Minghao y este sólo trocio los ojos.

Mingyu andaba haciendo sopa, con la ayuda de Hansol y Jun, que eran los que andaban más vivos. Porque a Jihoon lo tenía en un lado acostado mientras yo le sobaba la espalda.

—Más nunca bebo verga ligada por Jeonghan.— dijo y me reí.— Ese maldito en vez de enseñarle a caminar le enseñaron a mezclar ron con yogurt.

—¿Bebiste mucho?— le pregunté y asintió con cara de culo.— ¿Quieres una pastilla?

—Ay sí, búscame una.

Le di unas palmaditas antes de levantarme, en el baño de arriba había visto una caja de acetaminofén, eso les iba a servir. Soonyoung me vio como con esperanza aún agarrado de Minghao.