La casa de los Sevenzuela -Seventeen y tú-

Cerca...

—¿No crees que es muy carajito este plan?

— Usted cállese y hágame caso.

—Ajá pero... ¿Tenemos ese juguete?—dijo el mayor agarrando su respectiva nota.

—Abajo ví uno.

Él escribía su nota, debía dársela antes de que las hadas se fueran.

—Por cierto, ¿Por qué le dijiste eso? ¿No es sospechoso?

—No le dije nada sospechoso, estoy seguro.

—No confío en ti.— Seungkwan jugó con la nota azúl en sus manos.— Últimamente andas fracasando.

—No hay mal que dure cien años.— dijo dándole la nota a Jeonghan, que con esa, eran dos notas que tenía en las manos.— En este caso, menos de dos semanas.

—¿Cuándo se la darás?— Seungkwan señaló la nota blanca dentro de un libro. No era como las otras, era más grande. Suspiró.

—Cuando todo salga bien.

—¿Puedo leerla?— insistió Seungkwan.— Hansol me dijo que tenía algo muy... No sé...

—¿Cuidado lo atropella un carrito de helados?— preguntó Jeonghan, Seungkwan chasqueo los dedos.

—Sacto.

—Si quieres la lees, pero cómo le dije a Hansol: estaba borracho, frustrado y marico. Tiene unas vainas que ni yo me explico.

—Tranqui, no nos vamos a reír.

—Claro que nos vamos a reír, pero no en frente de ti pa ahorrarte la pena.— Seungkwan le sonrió.— Bueno, ya nos vamos. Suerte.

Él se despidió de ellos con la mano, dejándolo sólo arriba en el cuarto.

Miró de nuevo esa nota fucsia en la mesa, recordando la sonrisa que le provocó.

"Hola señor notas, no me he rendido.

En verdad ya quiero saber quién eres, de pana. Te extrañé estos días.

¿Te digo algo? Si me dices quién eres, prometo no alejarme, ni verte feo después si resultas ser quién menos pensaba. Ya te agarré cariño, como a todos en esta casa.

—Vicky"

Sonrió, guardando la nota en su libro.

—¿Te digo algo también? — murmuró mientras miraba su pulsera en la mesa. Esa pulsera negra al lado de la otra.— Soy demasiado gafo, de pana.

...

Solté como dos conchas de mango, suerte.