Con su majestuoso aleteo continuo sube por una colina pintada de verde vivo, con el sol en su nariz haciendo magia sobre esos lindos colores, haciéndolo aún más extraordinario.
Sube tan alto, tan, tan alto y luego baja en picada y vuelve a subir. Y lo hace muchas veces.
Presumiendo. Llamando la atención de todas las otras envidiosas aves.
Pavoneándose con su capacidad de ser tan bello, tan agradable a simple viste. Tan especial.
Tan libre que sentías fuertes ganas de vivir y sonreír. De reír y de correr. Fuertes ganas de gritar de felicidad.
¡Vaya! ¡Es hermoso! Decían todos encantados.
Los niños corrían debajo del pequeño colibrí con la misma felicidad que este transmitía.
Era un cuadro perfecto. Hermoso y perfecto cuadro.
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Interiores de Macha
PoetryRelatos que mil pieles los han vivido. Relatos de mil vidas. Relatos de mil muertes. Y lo más admirable, relatos de mil superaciones.
