Capítulo 23.

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Charlotte

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Charlotte. 

Después de tomar un desayuno rápido, me pongo los tenis y lleno una botella con agua antes de salir al aire cálido y ligeramente húmedo. Contemplo la idea de sacar a pasear a Nity, pero luego recuerdo lo que sucedió la última vez que salí a correr con ella y desecho la idea. Los mosquitos pululan a mí alrededor, y una rana croa en algún lugar cercano cuando me siento en el camino de entrada para estirar las piernas.

Corro mientras el cielo pasa de matices anaranjados a un hermoso celeste, con el tono más brillante de una nueva mañana. En cuanto llego al parque, tomo una profunda inhalación de aire fresco y reduzco la velocidad de mis pasos. El olor a pino y agua del lago llenan mis pulmones. Tomando asiento en una de las bancas ubicadas a sólo unos pocos metros de la orilla del lago; exhalo lentamente escuchando a un pájaro silbar en algún lugar cercano, seguido de una respuesta a su llamada haciéndose eco a través de los árboles.

Me sumerjo en el paisaje que me rodea y antes de darme cuenta, dos horas pasan volado. Me pongo de pie y me estiro, mirando hacia el lago quieto, entrecerrando los ojos para ver al otro lado donde los barcos y motos acuáticas pasan a través del agua. Entonces mi teléfono zumba en mi bolsillo, y cuando lo saco descubro que tengo un correo electrónico del Instituto Kilig con el formulario a rellenar con las medidas para la toga y el birrete adjunto. Completo rápidamente los datos y camino lentamente de vuelta hacia mi casa.

Me hago a un lado cuando un camión de correo pasa por delante de mí tan rápido que los neumáticos levantan polvo haciéndome toser, sacudo el aire arenoso frente a mí mientras espero a que el semáforo cambie para poder cruzar la calle cuando la Marcha Imperial de la película Star Wars suena desde mi bolsillo. Es el tono de Bradley, él lo eligió para sí mismo como una broma. Riéndome, deslizo mi pulgar a través de la pantalla y respondo.

—Hola —digo, esquivando a una madre con su pequeño.

—Char, no tengo tiempo de hablar —explica la voz brillante al otro lado de la línea rápidamente—. Tienes que venir lo más rápido que puedas a mi casa —agrega antes de colgar.

Inmediatamente me asusto y me pongo en marcha, con escalofríos haciendo su camino a través de todo mi cuerpo.

Mis pensamientos están corriendo salvajes mientras me muevo lo más rápido que mis piernas me permiten. Me zumbaban los oídos, y me pregunto distraídamente cuándo habían empezado a repiquetear.

Para el momento en que llego a la calle de los Donovan, mis piernas y mis pulmones arden y gritan por oxígeno. Corro los pocos metros restantes y me lanzo a través de la puerta principal con el sudor corriendo por mi cabello y a través de mi pecho.

Rápidamente recorro el pasillo en dirección a la sala de estar y me encuentro a Bradley y a Dan, me relajo al descubrir que ninguno de los dos luce herido. Estoy demasiado ocupada intentando entender qué demonios sucedió para que Bradley me haya llamado de esa forma para ver a Justin dirigiéndose hacia mí. Dejo salir un pequeño grito cuando me alza y me lanza sobre su hombro, girando en círculos. Cuando tuvo suficiente de abrazarme, me baja y sostiene mi tambaleante cuerpo apoyando sus manos sobre mis hombros. Estoy sorprendida de ver sus ojos brillantes y radiantes, aunque no tan sorprendentes como la amplia sonrisa en su rostro.

Dispuesta A AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora