30 de Noviembre 791

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Mire por un momento sus ojos con detenimiento, eran de un azul tan vivo que casi parecían encendidos, casi del mismo tono que los de Bulma, pero de alguna manera más vibrantes. Era como si su mirada inquisitiva los dotara de un brillo adicional.

- ¿Mi primer recuerdo?... – dije reclinándome en mi silla y levantado la vista – no podría decirlo.

- A menudo los recuerdos de la infancia se vuelven borrosos con el paso de los años, pero siempre hay algunos que perduran – menciono mi suegra.

- No es eso, tengo muchos recuerdos de mi infancia, pero no podría decir cuál es el primero, los saiyajin comenzamos nuestra enseñanza por medio de inducción neural en nuestra última etapa de gestación y esta continua por un tiempo más después de que esta termina.

- ¡Santo cielo! Eso debe ser abrumador.

- Ese es... era el modo saiyajin de hacer las cosas, para cuando un infante salía de su capsula de gestación ya era capaz de gatear, especial mente en el caso de los soldados de clase baja, como Kakarotto era indispensable que fueran capazas de moverse tan pronto arribasen a su destino.

- Pobre Goku, no me imagino lo que le hubiera pasado de no haber sido encontrado por su abuelo Gohan.

- La tierra siempre se consideró como un objetivo de bajo nivel, por eso se le mando aquí en primer lugar.

- ... - permaneció callada por un momento, me dio la impresión de que no le agrado mi respuesta – entonces dime, ¿qué recuerdo tienes más presente de tu niñez?

- El momento en que recibí la noticia de la muerte de mi padre – Los ojos de la madre de Bulma destellaron de emoción al oír mis palabras.

- Debió ser terrible para ti.

- No... o al menos así lo pensé en ese momento; acabábamos de conquistar un planeta cuando Nappa – pause por un momento y recordé que ella nunca conoció a Nappa – mi compañero de viaje me informo por el rastreador de la destrucción de nuestro planeta, en aquel entonces pensabas que la causa había sido una lluvia de meteoritos.

- Nappa, ¿ese es el mismo hombre que te acompañaba cuando viniste a la tierra la primera vez?

- El mismo.

- ¿Al que mataste?

- ... - su pregunta cayó sobre mí como un balde de agua fría, hasta el momento no había tenido que discutir con nadie de mi familia sobre mis acciones del pasado- ...sí.

- ¿Por qué lo mataste? – sorprendente mente pudo enunciar su pregunta sin dejar de esbozar una leve sonrisa, pero no percibí sarcasmo o falsedad en ella, por el contrario, su voz sonaba sincera y segura.

- Estaba completamente derrotado, Kakarotto no solo le había dado una paliza, sino también le había fracturado la columna con su último ataque... estaba ahí tendido frente a mi tendiéndome su mano para que lo socorriera y pidiéndome disculpas por su fracaso.

- ¿Eso fue lo que te provoco?

- ¡No!... no lo sé – desvié la mirada de su rostro, no soportaba esa pasiva mirada sobre mí – no sé qué espera que diga, ¿Qué se volvió un lastre? ¿Qué me repugnaba ver a la única persona en todo el universo que respetaba reducida a un montón de carne magullada suplicando por ayuda?

- ¿Entonces lo hiciste por piedad?

- ¡NO! – empezaba a perder la paciencia, ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo estaba sondeando mi mente con tanta agudeza sin perder la calma? - ¡Ese era yo! ¡El verdadero yo! Un hombre sanguinario que mataba por el placer de hacerlo, ¿entiende?

Las Memorias de VegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora