13.- Día de trabajo.

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—Viktor, hoy no llegaré para cenar—dijo el nipón mientras se cambiaba de ropa de casa a una más elegante.

—¿Vas a trabajar?—suspiró—Me dijiste que iríamos juntos al veterinario para las vacunas de makkachin—.

—Lo siento Viktor, es algo que debe ser atendido rápidamente—terminó de ponerse la camisa de manga larga y un cubre bocas negro.

—Está bien amor, iremos juntos la próxima vez—sonrió mientras salía de la cama y se dirigía hacia el nipón—. Cuídate mucho mucho mucho—empezó a repartir besos en su frente, muy vergonzoso por cierto.

¡Viktor, me haces cosquillas!¡Suéltame- JAJAJAJA!—reía a carcajadas—¡Basta! Me arrugas el traje—habló después de que el peliplata parara las cosquillas.

¿Me prometes que estarás bien?—se inclinó hacia delante para cargar al nipón tiernamente.

—Te prometo, seré lo primero que veas cuando despiertes—colocó su meñique enfrente de Viktor, el cual selló el trato juntando su meñique con su Yuuri.

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¿Y bien cerdo?—su amigo Yuri estaba en los asientos de atrás, mientras se acomodaba el moño color borgoña que traía en su cuello.

—Le dije que llegaría al otro día, no tengo tiempo para rodeos—se sentó a su lado, colocándose entre su saco unos bisturís.

—Es música para mis oídos—sonrió satisfecho.

—Por cierto, se te ve bien el vestido, Yuri; o quiero decir, madame Yura Plitestky—sonrió con burla.

—Ni me lo recuerdes, tuve que inventar una excusa para que Charlotte no me viera como un pervertido—suspiró—.

¿Se llama Charlotte la afortunada?—dijo con picardía.

Hug, mejor cállate, es la hermana de Lilia, no me gustan las ancianas—suspiró.

—¿Y bien Otabek, cuánto falta?—cortó la conversación y habló hacia enfrente, donde Otabek ocupaba el asiento del copiloto.

Ya estamos cerca del portón—.

—Bien, terminemos con esto—el nipón suspiró y se acomodó el cubre bocas.

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Después de hacer su trabajo, apresuró al quien estaba en el volante para que fuera rápido hacia su casa, no la de Viktor.

—Ya llegamos jefe—frenó el carro.

—Bye bye Jakovo—salió del auto y entró a... ¿su casa? No sabía cómo llamarla, para él estar en el departamento de Viktor era su casa.

Se cambió de ropa y quemó el traje, no podía dejar ninguna evidencia. Después de eso, fué hacia su baño para darse una ducha.

No quería llegar oliendo a su trabajo.

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—«Qué bien que no estuviera despierto»—suspiró de alivio y se recostó a lado del peliplata—. Buenas noches, 私の愛—besó su frente y se quedó dormido.

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Siento que algo le faltó ',:^

Una inusual parejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora