No importa cuanto huyas de tu pasado este siempre querrá alcanzarte. Todo lo malo que hiciste en el futuro parecía estarle cobrando cuentas y eso lo sabía Sana quién no tuvo una vida fácil, y tuvo que hacer todo para sobrevivir de su propio infierno...
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El amor era algo complicado, era algo con lo que tenías que lidiar y más que nada comprender. Al menos, eso atormentaba a todos. Decidir entre lo correcto y lo que tu corazón más desea, era algo que no era fácil de decidir. Dahyun lo entendía, sabía que ninguna relación era fácil. Ahora lo sería menos, por que ahora las dos eran adultas y no chicas de instituto. No podían pasarse toda la vida peleándose por qué no sería una relación estable y pensar en que en algún momento se separaran, le asustaba.
Ahora con las palabras que le dijeron era más su miedo ¿Pero en realidad importaba? ¿Estaba bien que las personas pensarán de esa manera? Nunca se puso a pensar en esa posibilidad. Una cosa era el mundo estudiantil con chicas queriendo experimentar, cómo fue el caso de Eunha y otro era el mundo laboral en dónde se sentía el peso de la sociedad sobre tus hombros.
Dahyun se la pasó toda la mañana pensando respecto a todo. También recordaba las palabras de Eunwoo que fueron un gran alivio. Mientras Sana se fue a entrenar un poco quiso esperarla para el desayuno, al menos ese tiempo era de ambas.
—¿Ya estas despierta?—Pregunto una Sana bien sonriente.
—Sí, recién despierto. Te esperaba para poder desayunar juntas—Dijo sincera Dahyun levantándose de la cama.
—No era necesario. A veces suelo venir un poco más tarde.
Sana se acercó a Dahyun para darle un beso de buenos días y le mordió con mucho cuidado los labios y antes de continuar el beso no pudo evitar reírse.
—Hoy es el día de la reunión de bienvenida de mi trabajo, no lo olvides—Le recordó Dahyun, quería tanto ir con Sana.
—¿Es necesario que vaya? Sabes que casi no me gustan ese tipo de eventos...—No mentía, de hecho le incomodaba.
—No, está bien. No te presionare a ir en dónde no quieres, puedo ir sola—Intenté no sonar decepcionada.
Dahyun no quiso seguir hablando, se recostó de nuevo entre las sábanas de su habitación y prefirió volver a dormir. A veces le decepcionaba ciertas cosas de Sana.
—Era broma, claro que te acompañaré princesa—Sana se volvió acostar con Dahyun—. Quita esa carita de decepción y enojo.
Sana le daba besos por todo su rostro para quitarle ese ceño fruncido que aún se mantenía en su cara. También le intentaba hacer cosquillas pero en cada intento se ganaba un golpe por parte de la menor. Se metió entre sus brazos de Dahyun para poder recostarse en su pecho, era su parte favorita de dormir en la misma cama.
—Hoy te noto más tranquila—Murmuró Dahyun, abrazaba muy fuerte a Sana—. Otras veces pareciera que estas nerviosa.
—Es que a veces el trabajo es agotador. Pero hoy pedí el día libre para quedarme contigo, últimamente no pasamos tiempo juntas y me pone triste—Expresó sincera Sana.
