Perdoname

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Sana aún se encontraba enfrente de la puerta mirando a la salida

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Sana aún se encontraba enfrente de la puerta mirando a la salida. Sus manos estaban atadas ahora, no podía escoger ninguna de la cuál no se arrepentiría después.

—¿Por que usas eso conmigo? Sabes que no haría algo que me hiciera perderte—Sana bajo la cabeza al terminar de hablar.

Dahyun volvió a respirar luego de que Sana la escogiera. Una parte de si misma dudaba de que Sana se quedara con ella y escogiera irse.

—Yo tampoco quiero perderte, Sana...

—No quiero que la persona que te hizo daño siga en la calle como si nada—Respondió Sana volviendo a caminar en dónde estaba Dahyun.

Sana intentaba esquivar a toda costa la mirada de la chica de piel pálida. La terminaría convenciendo como siempre lo haría pero no quería mentirle para luego hacer lo que tenía planeado.

—¿Volverás al departamento? No quiero estar sola allá.

—Lo haré—Le sonrió.

Una conversación larga tuvieron toda la tarde y parte de la noche. Sana incluso se quedo dormida entre las piernas de Dahyun por el cansancio acumulado que tenía. Estaba haciendo un sobre esfuerzo doble, su cuerpo dolía pero sus ganas de querer ir a la más bajita eran más fuerte e incluso ese dolor no se lo evitaría.

Dahyun dormía entre las sabanas del hospital. Estaba más tranquila luego de que le dieran unas pastillas para que pudiera relajarse y dormir sin ningún inconveniente.

La noche era demasiado alegre con muchas personas caminando por todos lados a sus respectivos destinos. Sana estaba afuera en su motocicleta estacionada frente a una tienda en dónde compro una cajetilla de cigarros para poder calmar sus ansias.

Llevaba puesta una chaqueta negra con un pantalón pegado y un par de botas negras. Parecía la antigua Sana, esa a la que conoció Dahyun de una manera no tan memorable pero única. Estaba esperando a alguien, necesitaba respuestas y aunque le prometió a Dahyun que no se metería en problemas, no podía simplemente ignorar el hecho de que casi mataban a Dahyun.

Un carro se estaciono justo a su lado. Un señor con una apariencia un poco preocupante se bajo de aquel vehículo y sonrió al ver a Sana parado al frente suyo.

—Aún sigues siendo demasiado bella—Aquel hombre le hizo un cumplido—¿Para que necesitas mi ayuda? Ah pasado tanto tiempo.

Sana se puso en una postura desafiante. 

—Necesito que encuentras al responsable de esto—Sana le entregó un sobre con un montón de fotografías.

El hombre observo con mucha determinación las fotos. 

—El señor chou si que anda muy decidido. Me temo que no puedo interferir en estos asuntos—Les respondió entregándole de nuevo las fotografías.

LET ME IN 2 (SAIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora