Silencio.

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El silencio de la noche, era tranquilo

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El silencio de la noche, era tranquilo. Ningún ruido parecía intervenir en la armonía de aquella noche en seúl, era igual de tranquilo que todas las noches. Todo era un paisaje titubeante para tapar todos los horrores que se cometían debajo de las sombras. El tráfico de drogas, la trata de personas, y otros delitos. Sana cometió un delito, había dejado atrás todo lo relacionado con su pasado, pero lo hizo si esa era la única manera.

Estaba oculta en un parque cerca de una estación de policía. Las sirenas de las incontables patrullas resonaban en su oído. Estaban buscándolas, era normal cuándo entras a robar a una joyería. No todo salió bien, Momo fue herida por una bala que rozó su brazo derecho pero era solo una pequeña herida. 

—Esa perra nos tendió una trampa—Frunció el ceño Sana—Llamo a la policía, parece que quiere jugar con trampas. 

Momo se quedo mirando a Sana, tenía un mal presentimiento. 

—No deberías ir, si esto fue una trampa seguramente en esa dirección no te esta esperando ella—Soltó Momo con preocupación. 

Lo sospechaba pero era la única pista y oportunidad que tenían, tal vez esa persona no volvería a llamar, le comprobó que tenía a Dahyun y no le importaba correr el riesgo.

—Debemos irnos de aquí—Dijo Sana. 

Momo asintió. 

Cambiaron su ropa rápido, llevaban puesta ropa debajo, lo único que hicieron fue meterlo en una bolsa que Sana llevaba, y caminarían normal sin levantar sospechas hasta llegar a sus motocicletas.

Llegaron a salvo al departamento de Momo, lo primero que hizo fue curarse la herida y luego tomar un baño por lo sudada que se encontraba. Sana solo se cambio de ropa, llevaba un cambio de ropa, no era nada elegante era ropa con la que tuviera facilidad de pelear o cualquier otra situación.

—¿Estas segura?—Le volvió a preguntar Momo. 

—¿Tenemos otra opción?—Le preguntó Sana.

—No es como si tuviéramos muchas opciones—Respondió sincera la japonesa.

Sana tomó sus llaves, revisó la dirección una ultima vez antes de arrancar e irse. Era silencioso todo el caminó, ignoraba todo el desorden que causo debido a la pequeña travesura que hizo pero soltó una risa porque nadie daría con el responsable. 

Llegó a un edificio viejo, en la puerta estaban dos hombres alto cuyo rostro estaba siendo oculto por un cubre bocas y un par de lentes negros. Al notar su presencia se pusieron de pie esperando a que se acercara. 

—Tira tu celular al piso—Dijo uno de los hombres sacando un arma—Haz lo que te decimos. 

—¿Crees que le tengo miedo a un arma?—Se bufó Sana soltando una risa. 

LET ME IN 2 (SAIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora