No importa cuanto huyas de tu pasado este siempre querrá alcanzarte. Todo lo malo que hiciste en el futuro parecía estarle cobrando cuentas y eso lo sabía Sana quién no tuvo una vida fácil, y tuvo que hacer todo para sobrevivir de su propio infierno...
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La noche fue más larga de que lo se esperaban. No pudo dormir y ahora estaba durmiendo en su escritorio. Su pequeña pelea con Sana aún no podía olvidarla, al menos esperaba una disculpa de su parte. Eunwoo su compañero de trabajo le llevó un poco de café al ver su estado deplorable. Al principio se burló pero terminó ayudándole. No era normal ver tan tranquila a Dahyun, normalmente era energética y positiva en todo. Ahora parecía tener una nube negra en su cabeza, como en esas caricaturas para demostrar que estas pasando un mal momento.
Hoy todos parecían estar muy animados y de buen humor, no era para menos. La hija del CEO vendría y todos querían darle la bienvenida. Ella sería la que se encargaría de todo de ahora en adelante, al parecer había regresado de un viaje largo y ahora le darían más responsabilidad. La menor tenía curiosidad de saber cómo sería. Era de su misma edad y decían que era muy alivianada, eso era una combinación interesante.
—¿Y como es ella? Tengo curiosidad—Le preguntó a Eunwoo mientras bebía de su café.
—Es divertida. La conozco desde que tengo memoria. Íbamos a la misma escuela años atrás—Dijo divertido—. Era una chica muy introvertida pero luego cuándo conocí su lado divertido, creo que era lo puesto a lo que todos creían.
—¿Por eso trabajas aquí ahora?
—No exactamente. Siempre me interesó, no use ninguna conexión para entrar aquí—Sonrió Eunwoo.
El día parecía pasar demasiado rápido. Fueron un hora al estudio de grabación y cuándo estaban por salir se escuchó el alboroto viniendo de fuera. Todos parecían atentos a su trabajo y no era para menos la hija del ceo había llegado.
Dahyun la observaba con mucha determinación. La chica era alta, tenía una figura para envidiar y su cabello era negro completamente, y largo. Tenía un conjunto maduro junto con unos enormes lentes de sol. De su manera de caminar ni hablar, era elegante le recordaba a Tzuyu.
Se iba acercando poco a poco, saludaba a todos mientras sonreía. Ahí la menor se quedó un poco inquieta, entre más se iba acercando más parecido le veía a Tzuyu. A pesar de que fue una de las chicas que hizo que Sana fuera con ella, nunca se confió. Ella era la chica que solía aparentar cosas pero sus intenciones eran otras. No importaba cuántas veces la miro en el hospital cuando iba de visita a ver a Sana, nunca cruzaron palabras pero no le agradaba tenerla ahí.
No se equivoco, la chica se parecía a Tzuyu porque verdaderamente lo era.
Sus ojos quedaron bien abiertos y su boca entreabierta. No lo podía creer, de todas las personas que pudieron ser la hija del ceo ¿Por qué tenía que ser Tzuyu? Ahora su corazón latía de la desesperación. Tenía ese presentimiento de nuevo, esa chica verdaderamente jodería su vida.
—Hola—Se acerco a Dahyun la taiwanesa—. ¡Que sorpresa tenerte por aquí!
