Estaba frente a mi espejo cepillando mis dientes mientras meneaba mi cuerpo al ritmo de una canción que estaba escuchando. Mis padres no estaban, mi hermano se fue a casa de su novia lo cual significaba una cosa. Casa sola.
Ni siquiera me había peinado ni puesto ropa decentes, solo llevaba puesto una musculosa y un short pequeño y mi cabello estaba recogido en un moño. Estuve cantando, bailando saltando sobre los sofás como una niña chiquita. Mi día iba bien hasta que alguien llegó para arruinarlo.
— ¡Maldición ya voy! — Grite para que dejaran de tocar desesperadamente el timbre.
Abrí la puerta para ver bien quien se había atrevido a arruinar mi día de casa sola. Los hermosos ojos de el mejor amigo de mi hermano se posaron en mi. Justo ahí fue cuando recordé que la vestimenta que traía, no cubria muy bien.
— ¡Diablos! — Susurró mordiendo su labio inferior.
— Tú. Que haces aquí — Trate de que mi voz sonara normal.
— Busco a tú hermano — Su mirada recorría todo mi cuerpo.
— No está — Sonreí forzadamente.
— Igual puedo pasar — Hizo un puchero.
— Zach... — Rápidamente entro a la casa — Claro pasa — Dije irónica.
Ambos nos sentamos en el sofá sin decir nada, solo mirábamos nuestro alrededor y ya. De vez en cuando sentía su mirada sobre mi y eso me ponía nerviosa. ¿Porque tuviste que venir junto hoy?
— Iré a cambiarme — Salí corriendo hacía arriba.
Busque rápidamente algo que ponerme para bajar de nuevo con el papasito de Zach. No les voy a mentir el chico esta súper bueno, tiene uno ojos hermosos, un cuerpo que quisieras tocar todo el día, unos labios que... ¡Ya basta, Olivia!
Cuando termine de cambiarme baje de nuevo y escuche como Zach habla por teléfono. Esa voz ronca que tiene es tan caliente.
— Ya te dije que hoy no puedo Karla — Termine de bajar las escaleras y me quede parada detrás de el.
Zach seguía hablando con la chica llamada Karla, yo fui a la cocina y deje que el siguiera hablando. Saqué una jarra de jugo y un recipientente que contenía fresas, las puse en la mesón de granito y luego busque los vasos.
— Aquí estás — Zach entro a la cocina.
— ¿Jugó? — Pregunté.
— Sip.
Serví un poco de jugó en los vasos y le pase uno a Zach. Me senté en los banquitos que estaban ahí y tomé una de las fresas.
— Jugemos algo — Dije viendo a Zach.
— Vale — Le dio un sorbo al jugó.
— Tienes que lograr que esta fresa caiga en tú boca — Le enseñe la fresa.
— Y que si lo logro ¿Habra un premio? — Levanto una de sus cejas.
— Si — Sonreí.
— ¿Que premio? — Preguntó.
— Te comerás la fresa — Tomé un poco de jugó.
— O mejor un beso tuyo — Abrí mis ojos como platos.
Zach soltó una sonrisa al ver mi reacción, creo que mis mejillas estaban rojas al escuchar las palabras de el.
— Dale jugemos — Dijo.
Me acomode frente a el para poder tirarle la fresa, enfoqué mi vista en esos labios tan apetitosos y tire la fresa. Zach se movió un poco y logró atrapar la fresa, pude ver como movía sus labios para masticar la fresa.
— Gane mi beso verdad — Sus palabras me sacaron de mis pensamientos.
— Un... Beso — Dije nerviosa.
No es que yo no quiero besarlo, es solo que es el mejor amigo de mi hermano y no quiero arruinar su amistad de tantos años. Además mi hermano y yo tenemos una regla. Nunca, pero nunca te metas con el o la mejor amiga, del otro. El respeta esa regla y yo también tengo que hacerlo. Pero diablos esta chico esta tentándome.
— Siempre he querido besarte — Se levantó de su lugar y se acercó a mi.
— Ah si — Metí una fresa en mi boca.
— Si, y creó que lo haré justo ahora — Me levantó de mi lugar pero antes de eso pude tomar una fresa.
Cuando Zach me tomó de la cintura para acercarme a el, yo le metí la fresa en la boca. El me miro con una ceja alzada y me soltó.
— ¿Que te pasa? — Preguntó confundido.
— Nada... Solo no quiero besarte — Di unos pasos hacía atras.
— ¿Porque no? — Se cruzó de brazos.
Piensa rápido Olivia.
— ¡Porque me gustan las chicas! — Grite rápido.
Zach abrió sus ojos asombrado y se acercó un poco más a mi. Yo sólo veía sus gestos sin decir nada.
— Se que me estas mintiendo Olivia — Se acercó más y yo retrocedí más.
— Queee... Claro que no — Sentí que mi espalda tocó la pared.
— Cuanto mientes alargas las palabras y parpadeas mucho — Puso sus manos a cada lado de mi cabeza.
— No lo hago — Me defendí.
— Olivia se perfectamente que no te gustan las chicas porque cuando tus amigas vienen, Sam y yo las escuchamos hablar de chicos — Sonrió burlón.
— Zack no quiero besarte si, respeta mi decisión. Así que por favor alejate — Puse mis manos en su pecho, lo cuál creo que fue una mala idea.
De un minuto a otro ya tenía los labios de Zack atacando los mios, sus fuertes brazos se aferraron a mi cintura mientras mis manos todavía seguían en su pecho. Intente alejarme y cuando lo logre el jalo con sus dientes mi labio.
— Así que no querías besarme he — Sonrió.
— Me tomaste desprevenida.
De nuevo intento besarme pero yo puse mis manos en su boca, el solo levanto una de sus cejas y luego quitó mis manos.
— ¿Que? Vas a decir que no te gustó el beso.
No me gusto, ¡ME ENCANTO! Pero está la maldita regla entre mi hermano y yo. Aunque pensándolo bien no creó que se de cuenta.
— Al diablo la estúpida regla, yo si quiero besarte — No deje que Zack respondiera y solo me tire sobre el besándolo.
