— Ana, abre la puerta – golpea fuerte – ¡abre la puerta!
— Vete Christian, déjame sola – le grito.
— No me voy a ir, abre la puerta – insiste.
Decido ignorarlo. Sigo sentada en el sillón sin saber qué hacer. Digo, si pudiera, iría a buscar a Jack para patear su trasero como muchas veces lo hice con los chicos de la secundaria. No soy peleonera, pero quién me busca me encuentra.
— Abre la puerta Ana - Christian sigue golpeando.
— ¡Lárgate! ¡No voy a abrir!
Me levanto y enciendo la televisión a máximo volumen. Quisiera poder tomar mi bate de béisbol y romper todo lo que esté a mi alcance, pero no tengo mucho qué destruir.
Mejor tomo una ducha y me envuelvo en las cobijas para acostarme un rato. No tengo sueño, solo permanezco en un estado de desánimo y decepción.
Después de un rato me levanto y voy a la sala a bajar el volumen de la televisión.
— Ana... Abre la puerta.
— ¿Qué haces todavia aquí Christian? ¡Vete!
— Ana cariño, abre la puerta por favor – Kate trata de ser amable.
— ¡Déjenme sola! Vayan al bar, les pago por trabajar – les grito.
—No me voy a ir hasta que salgas – grita Christian.
— No seas idiota, tienes que ir a tocar con la banda... Y tú Kate, tienes que atender las mesas y ayudar a José.
— Yo me voy cariño, pero Chris está aquí y no se va a ir a menos que salgas... Y no te gustará que la banda falle en una noche importante.
— No tiene por qué quedarse... ¡Christian ya vete!
— No, ya te lo dije, no me voy sin ti.
Suspiro frustrada. ¡Par de idiotas! ¿Qué no entienden que no quiero que me vean así? ¿Que necesito estar sola para procesar lo que pasó?
Camino hacia la puerta y abro. Mi hermana ya no está, pero el intruso está sentado en el piso junto a la puerta. ¿De verdad pensaba quedarse aquí?
— Te odio – le digo fastidiada.
— Lo sé, pero no deberías estar sola – se pone de pie.
— ¿De verdad ibas a quedarte aquí?
— Si, ahora camina y vamos al bar.
— No quiero.
— Si no vas, me quedo contigo... Tú decide.
— ¡Bien! Pero no quiero hablar con nadie... No estoy de humor.
Regreso a mi habitación a dejar las cobijas y ponerme los tenis. Regreso a la sala donde Christian me espera.
Salimos en silencio hacia el bar, no me había dado cuenta de la hora y es algo tarde. Cuando llegamos voy directo a mi oficina para no hablar con nadie.
Sé que aquí sentada no soluciono nada, pero no quiero que me vean con lastima. Tomo mi revista del cajón y sigo leyendo.
Después de un rato, me decido a salir a ayudar a José. Me siento más tranquila y dispuesta a salir a ayudar, es mi bar después de todo.
Me paro junto a José esperando que diga algo, pero no lo hace y lo agradezco. Solo señala un montón de vasos en el fregadero y me dirijo ahí para lavarlos.
Me distraigo lavando vasos y tarros, ni Kate o Mía me han dirigido la palabra y me alegro de escuchar a la banda tocar... Todos cantan con ellos.
Al finalizar la noche, le doy una mirada rápida a José y a mi hermana. Me voy y más les vale no tratar con alguna charla motivacional.
Por supuesto que apenas salgo, Christian corre a mi lado y camina en silencio... chico fastidioso. Llegamos al departamento y abro la puerta.
Se me antoja una taza de café, así que voy a la cocina y él entra en la ducha. Me voy a la cama y me siento en el borde a tomarme mi café.
Intenté conciliar el sueño, pero no pude. ¿Debería estar llorando? No me siento mal... De hecho creo que no tengo ningún sentimiento en este momento. ¿O estoy en Shock?
Salgo de mi habitación y voy a la sala. Solo la luz de la cocina está encendida, Christian está en el sillón durmiendo pero aún así me acerco.
— ¿Christian? – le susurro.
— Humm... – dice con el brazo sobre los ojos.
— ¿Estás dormido? – le digo más fuerte.
— Lo estaba amor – se incorpora – ¿que pasa?
— Lo siento, es que me siento rara y... – ahora me siento avergonzada – no quería estar sola.
—Está bien, dime ¿quieres ver la tele? ¿Hablar? ¿Quieres comer algo?
— Ver televisión está bien – me siento junto a él.
Después de unos minutos, él pasa su brazo por mis hombros y me recargo en su pecho. Acaricia mi cabello despacio, como si fuera tuviera miedo de mi reacción.
Estamos de esa forma durante un rato, viendo una serie que él eligió. Aunque estoy viendo la pantalla, no puedo poner atención y pienso en cómo empezó mi relación con Jack.
— Ana, ¿tienes frío?
— No, estoy bien.
— Es que estabas temblando, acercate para ponerte la cobija.
— Estoy bien – le digo rodando los ojos.
Pasamos otro rato en silencio, cuando siento que apoya su cabeza sobre la mía.
— Christian... Christian...
— Estoy despierto – se endereza.
— ¿Puedo pedirte un favor? ¿Tocarías una canción para mí?
— ¿Ahora? – dice tallándose los ojos.
— Si, solo una canción. Tengo ganas de escucharla.
— Está bien, ¿cual canción? – se levanta para traer su guitarra.
— Need you now.
— ¿Segura? – me mira a los ojos.
— Si.
Ojos grises comienza a tocar y cantar la canción. Tengo que admitir que me gusta mucho su voz. Escucho la canción, repitiendo la letra muy bajito para seguir escuchándolo.
— ¿Estás bien? – me dice cuando acaba la canción.
— Si, ¿por qué? – digo bajito.
— Porque estás llorando.
— ¿Qué?
Toco mis mejillas que ahora están húmedas. Christian deja la guitarra y me abraza a él muy fuerte, lo suficiente para que llore más.
Vuelve a acariciar mi cabello, mientras yo sigo llorando. Aprecio que no diga nada, solo me permite sacar mi decepción y mi tristeza.
Canción en Multimedia:
Lady Antebellum – Need You Now
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Someone Like You (Versión Fanfic)
FanfictionAna es una chica resentida con la vida, con falta de esperanza y suerte. Aprendió que todo se logra a base de esfuerzo y que aquello que "fácil llega, fácil se va". Hasta que conoce a un chico demasiado irritante, según ella... ~ • ~ Me encantan las...