Find Your Way Back Home

2K 257 35
                                    

Termino de acomodar un poco antes de darme cuenta que Christian sigue en la ducha, así que entro para asegurarme que todo está bien.

Lo encuentro de frente a la regadera con el agua cayendo sobre su cabeza. No hace nada más, solo está ahí. Mis ojos recorren su cuerpo desnudo con preocupación porque sus hombros anchos han perdido su volumen, igual sus piernas que ahora lucen largas por su delgadez.

— ¿Ya terminaste de mirarme? No necesito que me vigiles, puedo ducharme solo.

— No vine a vigilarte, quiero ayudar.

Corro la cortina a un lado y lanzo mis tenis junto a la puerta. Y así, descalza y con ropa, me meto en la ducha con él, aunque no deja que lo toque.

— No quiero que me mires así, con lástima.

— No es lástima, Christian, mírame – lo obligo a que gire hacia mi – Te amo, quiero verte bien y siendo el irritante chico positivo del que me enamoré.

— Ya no soy así.

— De todas formas estoy aquí para ti, no voy a irme.

— ¿Por qué haces esto? Ya te dije que no quiero estar casado contigo.

Frunce el ceño y el agua recorre sus cejas hacia los bordes, así que presiono mis labios para no reír, se ve adorable.

— Lo hago por dos razones, la primera ya la dije, te amo – pongo un poco de shampoo sobre la palma de mi mano y luego sobre su cabello – La otra razón es que, el día que vuelva a casarme podré mirar a mi futuro esposo a los ojos y le diré con toda seguridad que en la salud y en la enfermedad, justo como debe ser.

— Sigo aquí – gruñe – ¿ya estás pensando en casarte de nuevo? Podrías esperar a que mi cuerpo se enfríe.

Ahora sí me río sin poder evitarlo. Sigo frotando el shampoo por su suave cabello y lo empujo un poco para atrás para enjuagarlo.

— Acabas de decir que no quieres que siga siendo tu esposa, Christian, no me emociona el hecho de divorciarme pero sé que tengo que rehacer mi vida.

Su mirada se suaviza y puedo ver un destello del chico que era. No pretendo que sea exactamente igual que antes, pero tengo esperanza.

— De verdad estás aquí.

— Si amor, vine por ti. Te llevaré a Seattle conmigo, o iremos a Detroit con tus padres si quieres.

— Pero la gira se extendió, tengo que quedarme.

Cierro la llave del agua y lanzo la toalla sobre su cabeza para secar su cabello. Él la arrebata de mis manos para secarse el cuerpo.

— No hay más gira para ti, Señor Grey.

— Ahora eres muy mandona – se queja.

— No amor, siempre lo he sido, solo que nunca me escuchabas.

Si mirada se clava en el piso y la sombra de una sonrisa se estira en sus labios. Abro la puerta del baño para salir primero, pero me detengo cuando veo a Elliot lanzando su ropa a una maleta.

Ni siquiera voltea a verme cuando sale de la habitación azotando la puerta. Idiota. Voy hasta mi mochila a buscar un cambio para mi ropa mojada y le mando un texto a Luke para avisarle que voy a salir a traer la cena.

*Seguro, Ethan y yo nos quedamos con él*

*Si, gracias*

Christian se pone unos boxers antes de lanzarse de bruces en su cama. Espero a que toquen a la puerta y abro para que sus amigos entren.

Voy al supermercado más cercano a comprar sandwiches y chucherías. No se qué quiera comer, pero necesito que comience por algo.

Deslizo de nuevo la tarjeta en la cerradura electrónica y abro para ver a Ethan sentado junto a Christian, quién lleva unos pantalones de chándal. Luke está recargado en el otro extremo, contra la pared.

— Esta banda es tuya, tú la creaste – le dice Ethan – Pero te está consumiendo porque ya no es lo que quieres, y debimos hacer algo cuando lo notamos.

— Recupérate, hermano – habla Luke – Antes que ser músicos somos amigos.

Christian los mira en silencio, así que entro sin hacer ruido para no molestarlos. Ethan palmea su espalda y se levanta de la cama para salir del cuarto.

— Gracias chicos.

— De nada Ana, llámanos si necesitas algo más.

Me despido de Ethan pero volteamos rápido cuando vemos que Christian está de pie frente a Luke y lo empuja por el pecho.

— ¡Luke! Vamos.

— Claro.

Sawyer le sonríe a Christian y camina hacia nosotros con las manos en los bolsillos de su pantalón. Cuando se detiene frente a mi, besa mi mejilla.

— Lárgate – le grita ojos grises.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué discuten?

— Es un imbécil, por eso – Yo arqueo una ceja – Dice que si no me voy contigo a Seattle, él va.

Me río de su expresión preocupada mientras traigo la bolsa con las compras hasta la mesita junto a su cama. Hace una mueca de asco y se sienta de nuevo en la cama.

— Christian, come algo.

— No tengo hambre.

— No pregunté si tienes hambre, dije que comas.

— Dios – pone los ojos en blanco – Eres tan mandona.

Estira la mano y toma el empaque de galletas del montón de cosas. No es la comida que yo hubiera elegido, pero por el momento está bien.

Después de las galletas y una botella de agua, se deja caer en la cama y se queda dormido. Rápidamente apago las luces y me meto a la ducha.

Estoy tan cansada por el viaje que, apenas toco el colchón de la cama que desocupó Elliot, me quedo profundamente dormida.

Cuando vuelvo a abrir los ojos aún está oscuro afuera. Trato de recordar en donde estoy y es entonces que volteo hacia Christian. Sus ojos grises me miran fijamente.

— ¿No puedes dormir?

— No, duermo por ratos pero no lo suficiente para descansar. ¿Qué haces ahí?

— ¿En ésta cama? – balbuceo – No quería despertarte.

Se gira para mirar al techo en silencio. No entiendo. ¿Quiere que duerma con él? Veo su pecho subir y bajar con cada respiración y doy un brinco de la cama.

— Muévete – lo señalo – me voy a acostar aquí.

— Muévete – lo señalo – me voy a acostar aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Penúltimo capítulo!

Canción en Multimedia:
Dishwalla - Find Your Way Back Home

Someone Like You (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora