I Don't Live In A Dream

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Cuando despierto Christian no está en la cama, así que salgo rápido y sin hacer ruido hacia la ducha. Me cambio en el baño y regreso a mi habitación por mis tenis.

— Buenos días – dice él desde la cocina.

— Buenos días – meto mi teléfono a mi bolso y camino hacia la puerta.

— ¿A donde vas? – pregunta serio.

— Tengo que ir a comprar algo... a la farmacia – abro la puerta.

— ¿Quieres que te acompañe?

— No, voy a comprar cosas de chicas – hago una mueca de disgusto.

Salgo corriendo por el pasillo hasta salir del departamento. Camino ocho cuadras exactas hasta un gran almacén de muebles y cosas para el hogar.

Me dirijo al primer vendedor que encuentro y le pido un sofá/cama. El hombre gustoso acepta la tarjeta de crédito que utilizo para emergencias y pago la comisión extra para que sea entregado esta misma tarde.

¿La emergencia? Sacar al intruso de mi departamento hoy mismo, no quiero que se confunda y piense que algo puede pasar entre nosotros. La realidad es que disfruto mi soledad y mi tranquilidad.

Hoy ponemos en práctica algunas de sus ideas locas: Esta noche hay juego de béisbol y voy a abrir el bar un rato. Solo se venderá cerveza, por lo que no requiero a José, Kate o Mía para que me ayuden.

Después de comer con mi pronto ex roomate, voy al bar a preparar todo. El juego comienza cerca de las 6, pero quiero limpiar un poco y tener todo en orden, y básicamente alejarme un rato de él.

Las pantallas instaladas y que hace mucho no se usan, sintonizan el juego de los Mariners. El béisbol no me gusta, prefiero el fútbol americano y aunque ni siquiera le voy a los Seahawks.

Los clientes, en su mayoría chicos empiezan a llegar al bar poco a poco, se acomoda en las mesas frente a las pantallas y desde la barra despacho sus cervezas.

— ¡¿Qué haces aquí?! – le grito cuando se sienta en un banco de la barra.

— Vine a ver el juego – se encoge de hombros.

— Pudiste verlo en el departamento – arqueo una ceja.

— ¿Y dejarte sola con todos estos chicos? – mira hacia las mesas – no lo creo Ana.

— ¿Por qué no Christian? conozco a la mayoría, vienen seguido al bar... Cuando tocas de hecho.

— ¡Hey amigo! – José palmea su hombro y se sienta a su lado – Fiera...

— Idiota – le gruño.

— ¡Vaya! No pensé que de verdad vendrían – dice la voz junto a Christian.

— ¿Kate? ¿Qué haces aquí? Es tu día libre, deberías estar en otro lado.

— Es bueno tomar algo sin tener que trabajar – se ríe.

Niego con la cabeza y les paso unas cervezas a los tres. Platican sobre el juego y otras cosas mientras beben, son los únicos sentados en la barra.

— ¡Hey, por fin llegan! – saluda Christian a sus amigos.

— ¿Ustedes también? – frunzo el ceño – ¿cual de estos tres idiotas les llamó?

— Los tres – sonríe Ethan.

Traigo tres cervezas más para Ethan, Luke y Ness, quien se sentó junto a mí hermana y se dan sonrisas bobas. Un chico con uniforme se acerca por el otro extremo del mostrador y me hace una seña.

— ¿Si?

— Somos del almacén, traemos su sofá – dice serio.

— ¡Excelente! Por detrás hay una puerta, les abro – le hago una seña.

El chico asiente y sale del bar. Voy a mi oficina por las llaves de la puerta trasera y abro. Dos chicos grandes entran cargando el sofá y les indico el lugar dentro de mi oficina.

— ¿Qué es eso? – dice Christian detrás de mí.

— Tu nueva cama – la señalo luego de firmar la hoja de entrega.

— ¿Me estás echando de tu departamento? – arquea una ceja.

— No, pero este era el trato. Te recuerdo que te quedarías en mi casa unos días hasta que te conseguiera algo aqui – señalo mi oficina.

— No quiero – frunce el ceño.

— ¿Por qué no? Se hace cama, allá está el baño y puedes usar el refrigerador del bar.

— No gracias, prefiero dormir en tu cama – se gira y sale de la oficina.

— ¡Esa no es una opción! – lo sigo hasta la barra – ¡es ésto o nada! Además te ibas a quedar en el sillón, ¡no en mi cama!

Le grité. Mierda. Estoy parada en un extremo de la barra y todos me miran con los ojos muy abiertos. José se ríe y los amigos de Christian contienen su risa.

Me tapo la cara con las manos pero siento que irradia calor y vergüenza... estoy sonrojada. Christian idiota, me hace decir cosas que suenan mal.

Tomo unos tarros que ya estaban limpios y vuelvo a lavarlos para mantener mi mente ocupada de la vergüenza que el intruso me hace pasar.

De reojo veo a Christian sentarse de nuevo con sus amigos, luego José palmea su hombro y le dice algo que lo hace reír. Mi hermana se levanta y se para junto a mi.

— ¿Qué Kate? – le digo molesta porque solo me mira y sonríe.

— Ya basta con tu actitud hermana, solo quiero saber si estás bien.

— Estoy bien.

— Yo sé que no lo estás, pero bueno, mejor dime ¿qué hay entre tú y Chris? – arquea ambas cejas.

— Nada – le digo bajito – Apenas y somos amigos, es todo.

— Si claro – pone los ojos en blanco – los amigos no duermen juntos Ana.

— Es una larga historia, ¿si? Ya sabes que me dan ataques de pánico y él se queda conmigo hasta que se me pasa, eso es todo.

— Pues qué buen amigo tienes – suspira – yo soy amiga del guapo Ness – me guiña un ojo.

— ¡Eww Kate! No necesito saber eso – me burlo.

Una hora después de que el juego acaba, estoy cerrando el bar con Christian siguiéndome como sombra. Siento como si estuviera en constante vigilancia por ideación suicida. El terco se negó a quedarse a dormir en el bar y me sigue hasta mi departamento.

Necesito una nueva estrategia para sacarlo de mi casa. Afortunadamente estoy tan distraída en este asunto que no he tenido momentos de tristeza o llanto. Después de cenar cereal, me voy a dormir a mi habitación.

(...) I live right here with you,
Walk the same earth you do,
I don't believe that we're so different,
I live right here with you.

Your twisted heart
is a cruel and wonderful thing,
It tears me apart,
hanging from every string,
I don't live in a dream... (...)

Desde mi cama lo escucho: ¡Christian y su jodida guitarra!

Canción en Multimedia:
Jackie Greene – I Don't Live In A Dream

Someone Like You (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora