Capítulo I: ‹ Necesidad[es] ›

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«Y si me pierdo no me busques tan lejos, seguro estoy por ahí.
No es que me este escondiendo de mi reflejo, es que no quiero que me veas así
| División Minúscula• ♪ •Las luces de esta ciudad |

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Luces iluminaban las calles de la ruidosa ciudad

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Luces iluminaban las calles de la ruidosa ciudad.
Automóviles tenían su vaivén en el asfalto, donde a gran velocidad parecían ir uno tras otro.

Una multitud de personas esperaban aglomeradas en la Parada del Transporte Público, con paraguas deteniendo las finas gotas que el cielo dejaba escurrir al suelo, su turno para regresar a casa.

Eran las 06:00 PM, hora pico, y no había abasto para que tanta gente regresara a casa tan rápido.

Shōto Todoroki suspiró cansado.

Su esbelta figura estaba justo en medio de la turbulenta aglomeración, con su sombrilla negra cubriendo amablemente su cuerpo, y con los minutos pasando veloces en su reloj de mano.
Estaba un poco fastidiado de la cantidad de gente que lo rodeaba, ya que era imposible para él pasar desapercibido, y lo que menos le gustaba eran las miradas escrutadoras.

Media 1.85 metros, tenía piel de porcelana, un semblante estoico y frío, y un porte elegante y firme, que contrastaba con sus sencillos jeans grises y su camisa neutra.
Sin embargo, no era eso lo que atraía las miradas; ya que poseía una notoria heterocromía en sus dos pupilas, en conjunto con un cabello bicolor—que muy pocos veían, por la capucha que lo cubría—, y rematando con una gran cicatriz en su costado izquierdo.

Las personas solían observarlo sin una pizca de discretísmo, y con cuchicheos de por medio, cosa que él en verdad detestaba.
No ayudaba en nada tener razgos tan característicos, que rápidamente unían las piezas del Puzzle para dar con su identidad.

Miro por enésima vez su muñeca: 06:40; y en la fila su turno estaba relativamente cerca. Anhelaba poder tener en sus manos una taza tibia de té, y empezar su montaña de tarea, después de todo, la Carrera de Contabilidad no iba a salir adelante sola.

Vivía un poco lejos de la facultad, donde se hacía cargo de sí mismo con una Beca y algunos trabajos en almacenes, como guardia nocturno.
No era lo más fácil, y los años le estaban cobrando factura, pero no dejaría atrás su orgullo y su determinación.

No necesitaba las migajas, ni el dinero de nadie.

Shōto Todoroki prefería estar así; sin problemas, sin dudas, sin cuestionamientos, sin dolor, sin lágrimas.

Sin Amor.

Tenía la firme creencia de que el amor era una pérdida de tiempo, que te volvía enclenque y poco productivo, sin contar la enorme cantidad de horas y dinero que una relación demandaba, cosas que no podía ofrecer.

Efímero Reflejo | Tododeku |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora