Capítulo XIV: ‹ Precaria Distancia ›

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«Si esto no es felicidad, que baje Dios y lo vea y aunque no se lo crea, esto es gloria
Y por mi parte pongo el arte. Lo que me das dámelo y dalo bien.»
| Miguel Bosé /Julieta Venegas• ♪ •Morena Mía |

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Plaza Central

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Plaza Central. 06:40 de la mañana.

Una gran carpa con banderines azules adornaba el centro de la explanada. Letras en 3D flotantes, anunciaban el magno evento que estaba a punto de ocurrir.

Festival Estudiantil UA, XXXV edición.
Rodeando la carpa donde los jueces y los maestros presentaban las fichas de los más de cinco mil alumnos, los módulos de cada Facultad, y los puestos de cada Carrera abrían caminos como ríos coloridos.

Cientos y cientos de cabezas colocaban su material, con fichas o panfletos informativos, y una que otra presentación proyectada.

Era imposible contar los kilómetros a la redonda que el Festival ocupaba, y en los que todos los estudiantes tendrían 6 minutos para explicar su proyecto ante los honorables.

Encabezaba, con mucho orgullo, la Facultad de Mecánicas, con la Carrera de Electrónica, y concluía el recorrido la Facultad de Artes, con la Carrera de Música y Derivados.

Había cientos de altavoces esparciados en todo el extenso espacio, sincronizados a la voz del Profesor de Canto Coral, Hizashi Yamada, que gritaba diversas órdenes y frases motivacionales.

Y aunque su voz era exageradamente alta, pretendía llenar de ánimos a los alumnos que se sentían medios muertos.

Izuku no se sentía medio muerto. Se sentía muy muerto.

En el transcurso de toda la noche no había podido pegar los párpados, pensando y pensando sobre lo que el futuro le depararía.

En la mañana, recio a su voluntad, había montado la pintura que a su parecer, mejor lo dejaría. Era ridículo basarse por una corazonada...

Aún cuando el cuadro innobrable estaba en la cajuela de su automóvil, en el estacionamiento de la Carpa.

Todos ya tenían sus proyectos acomodados, perfectamente tapados para mantener la sorpresa hasta el final, y él no podía ser la excepción. Se había atrevido incluso a decorar las paredes de su puesto, y a ofrecer de regalo pequeñas brochas con su firma.

Era una idea presuntuosa, pero creía en su futuro.

Inspiró fuertemente, mirando todo el alboroto general, y batió con rapideza sus pestañas.

Queria ver de cerca la presentación de Katsuki, pero para su mala suerte, estaban en puntas opuestas. Se tendría que conformar con la opinión que emitiera el Lic. Yamada por el altavoz, y el veredicto final de los Jueces.

Efímero Reflejo | Tododeku |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora