El fantasma del piano. ✘M.Y ✅

009.

Esto era demasiado insoportable, aquel fantasma me torturaba lentamente sin que nadie se diese cuenta. Mis padres me han visto raro y Jimin me ha regañado varias veces, porque no le he puesto atención.

Pero, ¿como lo iba hacer? Si aquel fantasma no me ha dejado dormir en semanas.

Me ha torturado con sueños horribles, con visiones espantosas y voces espantosas.

Noona ♡: Realmente quiero dormir.

Jimin-ssi oppa♡: Te dije que no lo retaras y es lo primero que haces.

Noona ♡: Creí que iba a ser bueno.

Jimin-ssi oppa♡: Grave error, pequeña.

Cerré mis ojos con fuerza y deje de lado mi celular, cubrí mi rostro con mis manos y deje escapar un suspiro de frustración.

—Dejame dormir hoy, solamente hoy.- Murmuré.

Creí que escucharía su típica risa burlona, pero todo se mantuvo en silencio. Aquello me causo curiosidad, ¿donde esta el fantasma? ¿por qué no me ha molestado en todo el día?

—¿Fuiste a la luz?- pregunte en un susurro.

Quite mis manos de golpe de mi rostro para poder mirar a mi alrededor, pero lo único que pude ver fue una luz de fondo, que lo rodeaba la oscuridad y en medio de aquella luz, él se encontraba ahí con la mirada perdida en el suelo.

—¿Estas bien?- Murmuré, como si él pudiese escucharme a tan larga distancia.

Y al parecer lo hizo, ya qué volteo a mirarme. Ahora no era su mirada burlona, sino una seria.

—Min Yoongi.- comento sin animo.

—¿Disculpa?

—Has estado preguntado mi nombre, es Min Yoongi.

Aquel chico pálido me miraba sin ninguna expresión, aquello había ocasionado que entrase en un poco de pánico.

—¿Por qué me lo dices? ¿Irás a la luz?- apunte hacia atrás de él.

—No. . .- sonrió amargamente.—Pero no te volveré a molestar.

—¿Qué? ¿Por qué?- trate de acercarme, pero cuando lo hacia; cada vez se alejaba.

—Te juro que estaba bromeando la vez que dije que tú deberías irte, no lo dije en serio.

Yoongi siguió mirándome sin ninguna expresión en su rostro y bajo su mirada al suelo.

—Estaré en la casa, en el mismo lugar, pero. . .- hizo una pequeña pausa y así mirarme nuevamente.—No podrás mirarme.

—¿Por qué? ¿Hice algo malo? ¿Dije algo?- me estaba desesperando un poco.

Aquel fantasma ya era parte de mi día a día y no podría imaginarme un día sin que él me estuviese jugando fuertes bromas.

—Nada, solo que tienes que seguir tu vida y yo mi destino.

—No quiero seguir mi vida, tú eres parte de ella.-al decir aquello, mis mejillas cobraron color.—¿Quien me molestara?

Yoongi rió y negó varias veces.

—Puedes molestar a Jimin, te estaré viendo.

—¿Por qué te alejarás de mi?

Min se quedo callado, examinando cada parte de mi rostro y cuerpo.

—Solo sera temporal. . .

—Si te vas, juró que te invocaré.

—No lo hagas.

—Entonces no te vayas.

—No me iré, tomalo como. . .- hizo una mueca.—Como unas vacaciones de mis bromas.

—¿Volveras?

Su mirada se volvió llena de tristeza y supe que no seria así, pero una parte de mi creía que si.

—Lo haré.- mintió.

—¿Y volverás a molestarme?- asintió varias veces.

Yoongi soplo y un fuerte aire golpeó todo mi cuerpo, mis ojos se cerraron por instinto y al abrirlos, me encontraba sobre mi cama.

—¿Yoongi?- mire por todas partes, esperando escuchar las teclas del piano, su risa o alguna broma que me estuviese haciendo.

Pero nada.

—¿Yoongi?- repetí varias veces, mientras buscaba su presencia por toda la casa, hasta llegar al piano.—Sé que estas ahí, toca una canción.

No miré nada y todo se quedó en silencio.

—¿Con quien hablas?- hablo mi madre, quien entraba a la sala con una taza de té.

—Omma, Yoongi se fue.- Murmuré con suma tristeza.

Mi madre se acerco a mi y me abrazo por los hombros.

—¿Yoongi es un fantasma?- miré a mi madre y solamente asentí, me esperaba un gran sermón.

“Yoongi no existe”

—Vamos cariño, los fantasmas no siempre se pueden quedar en nuestro plano.- mire a mi madre con sorpresa, ya que siempre suele sermonearme.

—Yo quiero que lo haga, me acostumbre a él.- mire al piano y deje escapar un suspiro.— Todos se van a la luz, menos él y no sé porqué.

—Bueno, ese es su destino.- aclaro mi madre y mis ojos se cristalizaron.

—Yo no quiero que él vaya a la luz.

—¿Porqué no?

—No sé que voy hacer, desde que llegamos; siempre me ha molestado y ahora que no lo veré. . . no sé que haré, no sé como vivir sin el fantasma del piano.

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