El fantasma del piano. ✘M.Y ✅

010.

Su rostro seguía sin expresión, su mirada estaba perdida en aquel encendedor. Aquel ambiente era sumamente triste y pesado, me encontraba estática en el marco de la puerta y no sabía la razón por la que estaba ahí.

¿Qué no lo volvería a ver?

Min Yoongi estaba sentado en la orilla de la cama, soltando un par de lágrimas y de ves en cuando, prendiendo aquel ensendedor. Mi corazón comenzó a estrujarse al mirarlo así.

—Min Yoongi. . .- Murmuré, pero él no me escucho.

—Nunca debí existir.- lo escuche susurrar.

—No digas eso, tú estas aquí por alguna razón.- trate de acercarme a él, pero me fue imposible.

Era como si estuviese pegada al suelo.

—No quiero seguir viviendo esta mierda.- sorbió su nariz.

—El comienzo será humilde, pero el futuro puede ser estable y prometedor.- seguí luchando por moverme, aunque fuese un milímetro.

—Nadie sabe quien soy, a nadie le importo. . .- dijo con coraje.

—¡A mi me importas!- eleve la voz, con desesperación.

—¡Nada hago bien!- grito de frustración, haciendo que me asustara un poco.

—Nadie es malo. . .- Murmuré.

—Quiero morir. . . ¡Quiero morir!- grito una vez más.

Mis ojos se humedecieron al ver el dolor que Yoongi reflejaba.

¿Porqué tanto dolor?

Yoongi se levantó de su cama y comenzó a desordenar su cama, arrojando las sabanas, almohadas y el colchón fuera de su lugar. Pateo la base de la cama con suma fuerza, haciendo que esta se alejará de él.
Soltó un grito desgarrador y yo comencé a llorar a mares.

—Detente. . .- susurré en llanto.

Yoongi lloro con más fuerza y siguió arrojando objetos al suelo.

—¡Nadie me recordara! ¡Nadie sabe de mi existencia!- arrojo una de sus lámparas hacia la pared, ocasionando que se rompiera en mil pedazos.

—Yo te recuerdo. . . Yo sé que existes.- como pude, di un paso hacia en frente. Seguía lejos de él.

—¿Porqué tuviste que aparecer en mi vida? ¡Te amos más a ti que a mi estúpido piano!- golpeo la pared con su puño y rompió en llanto.

Como si eso fuera una clase de clave, mis piernas cobraron vida y corrieron hacia él, lo abrace por la espalda y comencé a llorar.

—No te lastimes. . .

—Te di todo, te lo di. . .- susurro con dolor.

—Solo llora, pero no te lastimes.- me aferre más a él.

—Traicione a mi querido piano, el piano que me vio crecer, el piano que se ha convertido en el objeto más preciado y no lo valore.- volvió a romper en llanto.

Mi respiración era agitada, mis sollozos se escuchaban en toda la habitación y la confusión seguía creciendo.

—En un rincón de la casa de mi infancia, hay un piano de color marrón. . .- tarareo.

La respiración de Yoongi se fue calmando al igual que la mía, cuando los sollozos cesaron un poco, me separe de él y limpie el residuo de mis lágrimas de mi rostro.

—Todo estará bien.- susurré.

Trate de tocar su espalda, pero me detuve; Yoongi se giro de golpe y comenzó a buscar desesperadamente algo por toda su habitación. Paso de largo de mi y comenzó a desordenar nuevamente su habitación, que en la actualidad era mía.

—¿Donde cárajo te deje?- murmuró, mientras arrojaba las cosas al suelo.

—¿Qué buscas?

Yoongi dejo escapar un Respingo de frustración y comenzó a jalarse los cabellos por la desesperación. Miró hacia donde me encontraba yo, esperando que tal vez me viera; pero nunca lo hizo.

De la nada, camino a paso firme hacia el closet, removió un par de cosas en el; hasta que saco un bote blanco, que contenía gasolina. El color de mi rostro desapareció en cuestión de segundos.

—Yoongi. . .- estaba realmente asustada.

Min no dijo nada, solamente siguió mirando aquel bote; debatiendo entre su ser y mente. Mientras yo, temblaba del miedo.

Yoongi comenzó a arrojar la gasolina por todos lados, incluso se llegó a bañar él con un poco de gasolina. El pánico me invadió por completo y nuevamente no pude moverme. Estaba a un lado de él y podía mirar como vaciaba aquel bote de gasolina por toda su habitación y él.

—¡Yoongi! ¡Yoongi!- grite a todo pulmón, pero él jamás me escucho.—¡No lo hagas! ¡Por favor!

Mis lágrimas volvieron a caer por mis mejillas, no era de tristeza, sino de desesperación de saber lo que estaba apunto de presenciar.

¡Quiero despertar! ¡Quiero despertar!

No funciono y tuve que presenciar aquel terrible acto, Yoongi había arrojado el encendedor a la gasolina.

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