La noche del alma

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Luego de lograr salir del río comenzamos a buscar un lugar donde poder refugiarnos, me doy cuenta de que a pesar de que muchos sobrevivieron perdimos a más de la mitad de los que se refugiaban en Jericho, la moral está muy baja, varios de los que van con nosotros perdieron conocidos en el ataque. Veo a Kara y Alice a lo lejos, pero no al otro androide que las acompañaba, lo cual me preocupa, seguro que no lo logró.

Sigo caminando lo más rápido que puedo, Connor me apoya sosteniéndome por la cintura, aunque cada vez puedo caminar mejor me siento un poco débil y aún tengo bastante frío. Siento como mis ojos se cierran, pero pongo mi mayor empeño para evitarlo porque al parecer eso le dificulta a Connor arrastrarme por las calles.

- ¿Estás bien? - pregunta deteniéndose para revisarme.

- Me siento muy débil y tengo mucho frío, pero estaré bien - intento que mi voz no suene como el de una moribunda, sin embargo, apenas me escucho yo.

- Aguanta un poco, ya casi estamos, los oí decir que iríamos a una catedral no muy lejos de aquí - siento que me levanta del piso para llevarme entre sus brazos.

- No te molestes tanto, puedo caminar sola - susurro, pero mi afirmación pierde fundamento cuando me acurruco contra su pecho.

- No es ninguna molestia - sonrió ligeramente - todo va a estar bien - murmura, pero puedo notar que hay algo que lo preocupa.

- ¿Qué sucede? - pregunto intentando mantener los ojos abiertos.

- Espero que luego de lo sucedido Markus me perdone.

- ¿A qué te refieres? -pregunto sin entender del todo.

- Por mi culpa los humanos encontraron Jericho, avise a CyberLife y seguramente fueron ellos los que avisaron al FBI, por mi culpa estás herida - murmura apegándome más a su cuerpo.

- Eso no es verdad, nada de lo que pasó es tu culpa, Connor, estoy segura de que Markus piensa igual, es incapaz de juzgarte solo por una acción que cometiste mientras seguías las ordenes que te daba tu programa, él no es así, por ejemplo, tenía muchas razones para no permitirme quedar y aquí estoy.

- Espero que tengas razón - dice apartando su vista de mí.

Nos mantenemos en silencio el resto del camino, puedo notar que hay algo que le molesta, pero por alguna razón no me atrevo a preguntar que le ocurre. Cuando llegamos a la catedral de la que me hablo veo a los demás acomodarse donde pueden. Connor me deja sentada cerca de las escaleras.

- Buscare algo con lo que puedas cubrirte, ahora vuelvo - asiento y lo veo alejarse.

Reviso la herida de mi rodilla, que es la que más me molesta, ya puedo mover mejor mi pierna, pero aún me siento débil. Veo a North acercarse, me pregunto qué querrá, se hinca frente a mí y me extiende una botella con un líquido azul.

- Markus me pidió que te de esto, seguramente te siente débil por la sangre que perdiste, venías herida y con las que te acabas de hacer no me extraña que estés así - asiento mientras tomo la botella - bébetela.

- Gracias - susurro abriendo la botella.

- ¿Por qué me ayudaste? Desde que llegaste te he tratado muy mal y tu arriesgaste tu vida por mí de todos modos.

- No voy a mentirte, North, por un segundo pensé en dejarte ahí, pero ¿Cómo se supone que logremos la libertad si no nos ayudamos entre nosotros? Ese es el error de los humanos, siempre piensan en sí mismos, no deberíamos de ser como ellos o todo esto sería en vano - North sonríe ligeramente.

- Gracias por ayudarme - dice antes de ponerse de pie e irse.

Empiezo a beber el líquido, es como si fuera agua, no tiene ningún sabor en especial, a medida que voy terminando la botella siento como poco a poco recupero energía. Estoy a punto de terminarla cuando regresa Connor con una manta la cual coloca en mis piernas para luego sentarse a mi lado. Dejo a un lado la botella vacía, la cual Connor ve con curiosidad.

Connor Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora