Café

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Coast City. Café Central. 18:12 hrs.


Era una tarde calurosa, la primavera había llegado ocasionando un calor abrazador durante el día, siendo la tarde cuando empezaba a refrescar; aun así podías sentir el calor que se negaba a retirarse.


Acaba de llegar al café de moda en la ciudad, un hermoso café a la orilla de la playa al cual se llegaba por el acceso del centro comercial. Era una belleza no podía negarlo, tenía un aire bohemio que no hubiera imaginado, había mucha claridad gracias a la pared de cristal que dividía la terraza de interior del café, las mesitas eran coquetas y hacían perfecto juego con los taburetes; más no detuvo mucho sus pasos, él lo conocía a la perfección y sabía que no le gustaba estar encerrado, rodeado de tanta gente que prefería quedarse a disfrutar del aire acondicionado por lo que enfilo sus pasos a la puerta corrediza que le permitirá salir de ese lugar.


Justo como lo supuso, en la mesa más alejada de todos, aquella que estaba más cerca a la playa y que tenía una hermosa sombrilla que le proveía de sombra, sentado de forma despreocupada pero elegante –"¿Por qué hasta en tu día de descanso te ves tan bien?"- estaba su cita. Era consciente de que ya se habría percatado de su presencia, jamás lograba sorprenderlo por lo que se permitió admirarlo mientras el parecía perdido en la vista que el mar les regalaba.


Camino de forma lenta pero segura, quería grabar en su mente esa imagen pues era de las pocas ocasiones en que ambos se permitían ser lo más "normal" que podían ser, ¿Por qué que de normal puede tener un millonario como el hombre al que el viento le mecía sus oscuros y sedosos cabellos? Dejo de divagar para ver a detalle al hombre que a pocos pasos estaba sentado.


Vestía una camisa beige y podría apostar su sueldo anual a que sería una linda, suave y sedosa camisa italiana, estaba complacido de ver que en esta ocasión no había una corbata, se veía relajado sin esa prenda, observo como los primeros botones de esa camisa estaban sin abrochar y eso le agrado de sobre manera. Siguió su escrutinio y noto como las mangas estaban dobladas hasta los codos, su vista bajo un poco más y distinguió un pantalón obscuro, a pesar del calor, algo le decía que esa prenda mantenía la temperatura ideal alrededor de esas fuertes piernas. ¡Dios! Ese hombre era guapo y estaba seguro que hasta vistiendo un costal de papas se vería igual de sexy.


Termino de llegar a la mesa y jalo la silla que estaba junto a el. Ahora pudo apreciar que su siempre bien peinado cabello en esta ocasión no lucia así, era como si solo lo hubiera peinado con sus dedos y el caprichoso viento hubiera hecho el resto al acomodarlo de forma desordenada y perfecta. Sonrió por inercia ante su pensamiento.


Hola extraño –saludo con esa hermosa sonrisa.

Hola piloto –respondió al saludo con una discreta sonrisa, esa pequeña y casi imperceptible sonrisa que era exclusiva para el castaño que acababa de sentarse junto a él.

Hoy te ves más atractivo de lo normal, ¿algún motivo en particular? –quería creer que era simplemente por el look casual que portaba, pero había algo más.

¿De verdad lo crees? – observo como le respondieron con un asentimiento de cabeza –bueno la verdad es que me arregle para mi cita, ¿crees que le agrade? –Cuestionó sin dejar de ver esos hermosos ojos almendrados.

¡Diablos! El pobre tipo tendría que ser ciego y estúpido para no verlo –le encantaba ese juego que siempre sostenían.

Espero que así sea, confiare en tu buen criterio piloto.

Pues si yo fuera ese sujeto créeme que no me cansaría de decirte lo bien que te ves –comento en voz baja y cómplice, seduciendo al millonario.

¡Oh! ¿Solo eso? –cuestiono siguiendo el juego, siempre era divertido, le hacía salir de la rutina de su vida, le daba un respiro a todo.


Cual galán se acercó a su compañero, coloco sus brazos en la mesa y recargo sobre estos su peso, se inclinó y con un gesto le indico al murciélago que se acercara, parecía que le diría un secreto. Ni tarde ni perezoso el de ojos grises se acercó, quedando a escasos centímetros de distancia, dejando su oído cerca de la boca del moreno para poder escuchar lo que estaba seguro sería un susurro.


También te diría lo sexy que te ves, que haces que desee activar mi poder y raptarte, llevarte donde solo yo pueda verte... porque se me hace injusto tener que compartir tan hermosa vista con toda esta gente – en cuanto termino de decir estas palabras su mano tomo el rostro del príncipe de Gotham y con un suave tacto lo hizo girar un poco, lo suficiente para plantarle un beso.


El beso fue lento, anhelado, sin prisa y con infinito amor; no se habían visto desde hace un mes y realmente ambos necesitaban ese contacto, ese roce que les recordaba que estaban vivos y que había algo más en sus vidas que ser Batman y Linterna Verde, más que el millonario y el piloto, donde solo eran Bruce y Hal; solo ellos, permitiéndose disfrutar uno del otro, robándole a la vida y a la muerte misma esos instantes de felicidad.

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Dedicado a @namikazesaray espero que hoy sea un mejor día..!!

Drabbles - BatLanternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora