CAPITULO 5

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Miraba por la ventana del salón, veia como las nubes se exparcian por el claro cielo celeste. El sol se mostraba más presente que nunca. Y alli estaba de nuevo ese punto verde en el árbol, se habia convertido en una hoja que anunciaba que la primavera estaba cada vez más cerca.

Cuando me aburría mi escapatoria era mirar por la ventana, nunca me aburria las clases de literatura, amaba la idea de leer. Pero el profesor no le ponia la mejor intención a los poemas que leía.

-Discupe profesor, vengo a retirar a una persona- Un chico Joven de cabellera rubia entro al salón.

El profesor le dio permiso haciendo un gesto con la mano. El chico de pelo rubio y polera negra camino por el aula mirando una hoja de papel, hasta que se detuvo a mi lado. Al bajar la hoja pude ver en ella una foto mia.

-¿Raquel?-Pregunto con una sonrisa.

Yo solo asentí.

-La directora necesita tu presencia, acompañame.- Dijo abriendo paso para que lo siguiera.

Cuando nos dirigíamos a la oficina del ave mayor el joven me hablo.

-Disculpa por tener que buscarte con foto. Me temo que nose quien es la famosa Raquel- Uso los dedos como comillas al referirse a mi nombre.

Produsco una sonrisa en mi.

-No te preocupes, me ire y ya no tendras que acordarte de mi.

-No lo creo, siento que nos veremos más seguido.-Abrio la puerta de la oficina.

Voltee para volver a verlo y el chico volvió a sonreír. ¿A que se referia con que "nos veremos más seguido"?

Apenas había entrado a la oficina y la harpia ya estaba con su muy elevado tono de voz.

-¿Como se encuentra jovencita? ¿Se le a pasado el dolor?- Remarco la palabra dolor, era evidente que nunca se habia creído mi actuación.

-¿Que quiere?-Un segundo más en el mismo lugar que la harpia y la iba a terminar desplumando.

-Tengo buenas noticias para usted-Dijo-Tome asiento.

-Estoy bien así.-Respondí.

-Como quiera-Me miro fijamente- ¿Sabe porque esta aqui?

-No- Vi que sobre el escritorio estaba mi legajo y a un costados los anteojos de la harpia.

-Alguien se a interesado por usted- Junto la punta de sus dedos con los de la otra mano.

-No entiendo. -Mi cara se tensó sea lo que sea sentia que no era nada bueno.

-Alguien quiere adoptarla- Su tono se volvio más serio.

Mi mundo se detuvo. No podían adoptarme eso era imposible. No podia estar pasando. Yo tenia todo organizado.

-¡Eso es imposible!-Exclame.

-Yo también lo creí-Dijo con ironia- Adoptar a una muchachita como usted parece imposible pero helo aquí.

Su ironia era uno de los tantos motivos por el cual debían tirarla por las escaleras.

-¡No pueden adoptarme! ¡Es un reformatorio no un hogar para niños!-Comencé a gritar, estaba realmente enojada, pero sobre todo confundida. No quería que nadie se hiciera cargo de mi-Voy a cumplir 18 años, eso ya me hace un adulto y...

-Y nada-La vieja me interrumpio.

Se levanto de su silla y comenzo a caminar hacia mi.

-Como usted dijo "voy a cumplir" eso no es hoy, eso no es mañana y mucho menos dentro de unos días. Falta exactamente más de un mes para que ocurra, y es por ese mismo motivo por el cual no hay nada que impida su adopción.-El pajarraco daba vueltas a mi alrededor.

No estas sola (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora