Capítulo 6 (Parte 2)

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Había llegado al juzgado, estaba sentada en las sillas de afuera de la oficina. Las manos me sudaban y estaba un poco nerviosa. Adentro de la oficina se encontraban la pareja que me iba a adoptar.

Si debía darle la razón en algo a la vieja emplumada, que tenia como directora en el reformatorio, era que ninguna persona con un largo legajo de desastres como yo era adoptada. Es por eso mismo que me resultaba extraña mi adopción.

-Ya puedes pasar- La voz suave de una chica, al parecer la secretaria, me estaba dando paso para que entrará.

Era el momento, vería por primera vez a las personas que serían mis padres.

Al cruzar la puerta pude ver como se levantaba con una sonrisa una mujer rubia con ojos color miel, alta y un hombre alto de pelo negro con ojos color celestes.

- Siéntese jóvenen- Mi cara se tensó al ver quien era la persona que me dirigía la palabra. Era John, John French.

Cuando era pequeña y no tenia con que alimentarme, no tenía más opción que robar. Robar era mi única alternativa.

Pero un día le robe a una persona incorrecta. Le robe a el juez de menores Jonh French.

Él me había encontrado, fue él quien me mando a al reformatorio. Nunca voy a olvidar sus palabras.

"A los parásitos como tú, hay que enseñarles un lección. Tú eres una pobre infeliz, no tienes futuro."

Me quede parada en medio de la sala, mis ojos lo miraban con odio. Al verme se quito los anteojos que llevaba puesto.

-Veo jovencita que a crecido- La pareja se miraban confusos, al parecer ellos no sabían nada que había tenido un cruce en el pasado con él.- Espero que su reclusión le haya servido de lección.

Como podia ser tan descarado, siete años. Siete malditos años fui presa de mi libertad. Solo por querer alimentarme.

No dije nada y continúe observándolo callada.

-Ven Raquel, siéntate.- Él hombre de pelo negro me ofrecía su silla.

-Estoy bien.- Hable cortante.

-Raquel, me llamo Becca, voy a ser tu madre- Los ojos de la mujer rubia estaban con brillo, intentaba contener lagrimas, lágrimas de... ¿Felicidad?

-Yo soy Alfred, Raquel. Tu padre.

Mamá y Papá. Eso sonaba extraño. Muy extraño.

Habia aceptado finalmente la silla que Alfred me ofreció antes. El juez, Becca y Alfred arreglaban los últimos asustos pendientes. Yo solo miraba la oficina del French, había muchos relojes de aguja colgados. Y solo dos portaretratos. Él con su diploma y luego él con un niño que tenia en sus manos un balón.

-¿Entonces ya nos podemos ir con nuestra hija?- Becca sonrió al hablar.

¿Me habia dicho hija?

-Por supuesto que- La puerta se abrió. La secretaria había entrado sin pedir permiso.

-Disculpe Señor French pero no lo molestaría si no fuera importante.- La secretaria había entrado tapando el teléfono que tenia en sus manos.

-¿Que sucede Christine?

-Es su hijo, de nuevo. Tuvo otro problema.- Christine hablo con cuidado.

Pero la cara de Jonh French se puso sería.

-Me disculpan por tener que terminar de esta manera la reunión, pero las obligaciones de padre van primero.- Se levanto de su silla acomodándose el traje y estrechando la mano de Becca y Alfred. A mi solo me dijo "adiós joven" y nos acompañó a todos hasta la puerta de su oficina.

No estas sola (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora