CAPÍTULO 6 (Parte 1)

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Allí estaba, de nuevo haciendo un bolson de ropa, guardando todo para irme. Escondiendo entre mi poca ropa mi adorado libro.

¿Este era el final?

En los cuentos que leia, el calvario de la princesa terminaba cuando era rescatada por su principe azul. O cuando tenía una nueva oportunidad en la vida.

Pero la realidad es que yo no soy una princesa, y esta es la vida real.

Habia llorado tres días seguidos, mis ojos estaban un poco hinchados. Era irónico pero... no me quería ir. No así.

Los rayos del sol entraban por las ventanas iluminandome la cara, por ellas podía ver el gran portón negro. En donde vendría el auto que me llevaria al juzgado de menores. Y asi por fin conozca a mis... a, a los señores que me adoptaron.

-Entonces... es cierto.

La dulce voz de Marta me saco de mis pensamientos.

-Lucas le dijo.

Marta no me contesto, pero por la expresión en su cara pude ver que era verdad.

-Esta destrozado. Nunca vi al joven Lucas de esa manera. Le importa señorita, le importa y mucho.-Marta se hacerco hacia mi, tomandome de las manos.

Cerre mi bolso con brusquedad y me lo colque al hombro.

-¡Por favor Marta!-Le solte las manos- si le hubiera importado, minimamente vendria a despedirse. Yo no le importó, nunca le importe.

-¿No te cansas de estar equivocada?-No importa como, pero Lucas siempre aparecía en los momentos justos.

-¿Que haces aquí?-Hable con cansancio. Ya no queria discutir.

-Aquí estoy.-Dijo Lucas.

-Me iré y los dejare solos.- Solo escuche a Marta decir eso, mis ojos estaban fijos en los de Lucas. El estaba parado en la puerta con los brazos cruzados.

-¿Eso es todo lo que tienes para decirme?-Dije molesta.

-Podría decirte muchas cosas pero ninguna describirian como realmente me siento.

-Y haber- Solte el bolso y lo arroje al suelo- Dime, que es eso que tanto sientes.

Ambos estabamos en un desafío de miradas, pero todo aquel juego se interrumpio al ver que avanzaba rápidamente en linea recta hacia mi.

Me jaló del brazo, haciendo asi que nuestros pechos chocaran. Mi respiracion comenzó a acelerarse.

¿Por qué me ponia tan nerviosa?

Apoyo su frente contra la mia, su brazo me sujetaba la espalda, mientras que el otro agarraba mi brazo.

-Sueltame.-Exigi.

-¿No querías saber lo que siento?

Su boca estaba a centímetros de la mía, por más que intentara escaparme no podía, él era más fuerte. O quizas yo... no quería apartarme.

-Así... esto sientes.

-Siento dolor, un dolor inexplicable. Tú me vas a faltar y no se por cuanto tiempo.

-Lucas-Lo interrumpi.

-Shhhh- Me chito tan cerca de mis labios, haciendo que me estremezca.- Déjame terminar- Podía sentir como mis mejillas estaban calientes y se sonrojaban, su mano en mi espalda me daba un calor unico- y sabes que es lo peor.

-¿Qué?- Pregunte cansada, lo admito. Queria que Lucas me besara. Queria sentir sus labios junto a los mios. Queria que el me de todo ese cariño que me negaron por mucho tiempo. Lo quería, queria a Lucas. Él se en poco tiempo se convirtió en alguien importante.

-Qué...-La distancia entre ambos ya casi no existia, solo eran milímetros. Cerre los ojos por pleno impulso.- Qué no te besaré.

Se apartó de mi, obligandome a abrir los ojos confundida.

¿Qué le sucedía?

La maldita sonrisa cínica había vuelto a su rostro.

-¡Eres tan!- Levante mis manos y me las frote contra mi cara en gesto de impaciencia- ¡Arrrrrr!

Nose como pero comencé a darle golpes en el hombro, estaba muy molesta. Lucas estaba jugando conmigo.

-Te odio, cínico, bueno para nada.

Lucas se reia a carcajadas.

Hace tres días que nos nos hablábamos, hace tres días yo estaba llorando y ahora tan solo queria matarlo.

-¿Qué pasa Raquel? ¿Querías el beso?-Lucas me agarro de las muñecas y nuestras miradas se volvieron a cruzar, esta vez estaba su clásica sonrisa.

-Te odio.-Dije.

-Estoy comenzando a pensar que solo dices mentiras Raquel y detras se esa chica ruda hay un lindo y tierno osito.

¿Me dijo lindo y tierno osito?

No puede evitar que se me escapara una sonrisa.

-Eres un demente... ¿Te lo han dicho?

El ruido de la bocina de un auto hizo que ambos miremos hacia la ventana. Ya habia llegado el tiempo.

-Debo... debo irme.-Dije.

Lucas me alcanzó el bolso.

-Entonces... Adios.-Dije.

Comence a caminar hacia la puerta, no quería escuchar su adiós. Eso me dolería bastante. Esta vez queria ser yo quien de la ultima palabra.

-Hasta luego.- Me voltee y vi a Lucas con una sonrisa.

Sali del reformatorio confundida, ¿Por qué estaba tan calmado Lucas?

-Espero que la vida le de una nueva oportunidad y sepa como recomenzar.- La harpia se estaba despidiendo de mi.

Le dedique un mirada. Me abrió la puerta del auto y allí me subí. Miraba por la ventana el rostro de Lucas. Él estaba viendo como yo me alejaba de su vida para siempre y solo se despidió a lo lejos con una de sus más sencillas sonrisas.

"Adiós" , "Hasta Luego"

Según una vieja tradición, "adios" usaban las personas cuando no se volverían a ver nunca más.

Y decir "Hasta Luego" era porque... Lucas me había dicho hasta luego. Un hasta luego es una promesa, una promesa de reencuentro.

Holaaa, cortito pero me encanto.

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Saludos y muchas gracias :)

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