Almas - Arcoiris

Capitulo 8 - Familia

Narra Carlos

Desperté con el golpe constante de la puerta, me levanté aunque hoy me siento muy decaído.

Abrí la puerta y la luz me cegó un momento, pero rápidamente me acostumbré al cambio.

Xilly...ay ya volvió la loca...estaba frente a mi, tenia una bolsa de compras en sus manos.

–Toma, necesitarás esto,oh y esto–Me lanzo una bolsa llena de ropa,un par de botellas de Coca cola, pero ella se quedó con una y una bolsa de papas fritas.

–¿Gracias?

–Te quiero listo en 30 minutos–Y cerró la puerta.

Okay eso fue un poco raro, abrí la bolsa y comencé a comer, no, a devorar las papitas, y me tome la botella entera.

Saque de la bolsa, un montón de ropa, unos jeans negros, una camisa del mismo color y unas botas.

Dentro había otra bolsa con una nota pegada.

"Alex pensó que el también debía darte algo, pontelo, no quiero que esté molestando"

Abri la bolsa y saque una chamarra blanca con el gorro de color negro, bueno, algo que no sea solo negro.

Me cambié y me puse todo, he de admitir que me siento muy cómodo con todo esto puesto y además me queda muy bien.

Tome mi única pertenencia, es decir la llave y mi ropa toda puerca y salí de la habitación.

–¿Listo?

–Supongo que si, Ah y esto es tuyo–Le dije mientras le daba la llave, pero ella no la tomó.

–Quedatela, de todos modos este lugar nunca se usa.

Me sorprende la idea, ¿para que reservar esto para mí?, tal vez alguien más necesite de esta habitación.

–Ehm... Gracias supongo.

Salimos del castillo y caminamos rápidamente al estacionamiento. Al llegar ahí, sacó de uno de sus bolsillos la llave del auto que nos llevó el otro dia, estaba a punto de meter la llave

Pero la detuve.

–¿Pasa algo?–Mi miró extrañada, yo solo baje la cabeza, no estoy seguro de hacer esto pero tengo que pedirle ayuda.

–Necesito un favor...

–¡No tengo dinero!

–¿Que? No no no, nada de eso...es solo que...

–¿Queeeeee.....?–Ella metió llave y abrió el auto y le dio un sorbo a su botella de coca cola.

–Voy a decirle a mis papás.

Ella escupio todo, mojando una de las puertas y se quedó completamente quieta.

–¿Seguro que quieres hacer eso?

–Si...

–¿Y como puedo ayudarte?–Dijo con mirada cómplice pero preocupada.