- No puedo, no quiero seguir.- No puedes irte.- respondió seco.
- Tú no me das órdenes.
Lo ignore y me levante dispuesto a irme.
En ese mismo instante sentí como unos fuertes brazos me empujaban bruscamente devuelta a la cama.- ¿Eres sordo o qué? te he dicho que no puedes irte.- gritó enojado.
Su pecho subía y bajaba rápidamente, sus manos estaban hechas un puño, tenía las mejillas rojas y sus ojos reflejaban enojo. En ese instante toda la seguridad que sentía se esfumó por completo, se acercaba cada vez más, mientras murmuraba palabras que no lograba entender.
- No me golpees, por favor.- supliqué con un hilo de voz.
- ¡Mierda! no voy a golpearte, pero quédate quieto y no me desobedezcas.- volvió a gritar enojado.- Espero este inútil no se tarde mucho en llegar.- se dijo para sí mismo.
No dije ninguna palabra más y recosté mi cabeza sobre una suave almohada, observé como Minho se marchaba a hacia la cocina con un bolso negro, y sacaba de él un cuchillo ensangrentado que en cuestión de segundos lavo y volvió a guardar.
Miró rápidamente hacia mi dirección, haciendo que nuestras miradas se encontraran.
Corre; pensé.
Pero mi cuerpo se sentía inmóvil ante el.
Relamió sus labios y volvió a poner su atención en el bolso.
- No es lo que crees, pero en realidad no me interesa.- dijo seco.
No respondí, no necesitaba hacerlo y tampoco había una respuesta que dar. ¿Que debería decirle?, "por favor no me mates" o quizás... "tranquilo, debe haber otra explicación para tener un cuchillo ensangrentado, a todos nos pasa". El miedo invadió todo mi cuerpo, comencé a temblar y mi estomago dolía como nunca, siquiera sabía cuando tiempo llevaba, tampoco sabía cuando saldría de allí.
- ¿Tienes hambre?.- preguntó.
Abrí mis ojos de golpe.
- N-no, no tengo hambre, gracias.- respondí.
- Claro que si tienes.- me observo con burla.
- Si tan sabio eres, ¿para que preguntas?.- escupí con molestia.
El me miro sorprendido y se levanto rápidamente de uno de los sofás en los que estaba sentado. Me fulmino con la mirada y tomo una bolsa que descansaba sobre la mesa, mientras se acercaba lentamente a mi. Sus ojos reflejaban indiferencia. Se paró justo a mi lado y me tendió la bolsa.
Lo observé dudoso.
- Tómala, es una orden.
Sin pensarlo dos veces la quite rápidamente de sus manos.
- Ahora come.- ordenó nuevamente.
Abrí la bolsa y esta contenía un pequeño plato lleno de ramen y unos palillos para poder comerlo. No lo pensé dos veces, mi estómago gruñía de alegría, porque quizás desde hace cuanto tiempo no comía.
No pasaron más de 5 minutos y mi plato ya estaba completamente vacío. Un pequeño eructo se escapó de mis labios y rápidamente cubrí mi boca, muy avergonzado.
Escuche una pequeña risa desde el otro lado de la habitación, mire de reojo y ahí estaba, con un pequeña mueca aguantándose la risa, haciendo que mis mejillas se volvieron rojas al instante.
Cuando estuve a punto de decir algo, se escucharon unos pequeños golpes provenientes de la puerta, haciendo que Minho se volviera serio en cuestión de segundos. Se levantó y abrió lentamente la puerta.
- Jisung, jisung, jisung, mi niño, lo siento tanto, lo siento por dejarte solo.- escuche a un desesperado Felix entrado rápidamente a la habitación y tirándoseme encima de mi.
- Dije que no te dejaría solo, lo siento tanto, perdóname, ¿me perdonas verdad?.- lo observé y vi como un gran moretón adornaba uno de sus ojos llenos de lagrimas.
- Felix, no te disculpes, no se que paso , no se que hago aquí, mi cuerpo duele, ayúdame por favor.- lo abrace mientras comenzaba a llorar.
- Ya estoy aquí, muéstrame tus manos.- las tomo cuidadosamente quitando las vendas.
- ¡Mierda!, ¡Lee Know!, por favor, tráigame alguna pomada o algo.- gritó nervioso.
¿Lee Know? lo mire confundido.
Minho desapareció entrando a una habitación, que al parecer era el baño. Salió de él rápidamente tendiéndole la famosa pomada.
- Muchas gracias, de verdad muchas gracias.- murmuraba Felix haciendo reverencias, nervioso.
- No hay de que.- respondió fríamente Minho.
Felix volvió su vista hacia mi y comenzó aplicar un poco de pomada sobre mis quemaduras, haciendo que el ardor disminuyera poco a poco. El se veía tan agotado y preocupado, tan roto y destrozado. Quería saber quien fue, quien fue el que le hizo eso en su rostro, quería saber que clase de lugar era este.
- Lo siento, de verdad es mi culpa.- susurró apenado.- ¿Vamos sí?, te daré un baño y prepárate algo para cenar.
Minho observaba en silencio desde un rincón.
Se quitó la chaqueta rápidamente, poniéndola sobre mis hombros.
- No, úsala tú. Por favor, Felix, no tengo frío.- mentí.
Creo que fue la peor mentira de mi vida, ya que era invierno y el lugar estaba congelado.
Le tendí la chaqueta a Felix y este me miro apenado.
- Por favor úsala, está helando.
- No tengo frío, de verdad.
Vi como Minho se acercaba a su closet y sacaba una gran chaqueta negra de este. Camino lentamente hacia mi y me la entregó.
- Úsala.- dijo con indiferencia.
Felix lucia realmente sorprendió y me miro rápidamente, amenazante para que la recibiera.
Negué con mi cabeza y Minho frunció el ceño.
- Úsala, es una orden.
- Tu y tus tontas órdenes me tienen harto, ¿quien te crees?.- le quite la chaqueta.- Y si, la usaré, porque está helando y no pienso morir de hipotermia. Pero tú, ¡eres un bobo!
Minho me miro sorprendido, Felix tomo mi mano y me llevo arrastrando hacia la puerta.
- Lee Know, lo siento muchísimo y de verdad muchas gracias.- hizo una reverencia y me saco rápidamente de allí.
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𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻
Fanfiction𝐇𝐚𝐧 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐟𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐯𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐮𝐧 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐭𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬. ↳ᵀᵉʳᵐᶤᶰᵃᵈᵃ ᵉˡ ²⁵ˑ⁰⁶ˑ²⁰²⁰ˑ❦ ...