- ¿Qué haces aquí?
Minho se quedó helado unos segundos.
- Estoy buscando a felix - respondió inseguro confundidome.
- Felix de debe estar en clases.
El pelinegro asintió, se dio la vuelta y comenzó a caminar, pero algo lo detuvo. Me miró atentamente sin decir ni una sola palabra por un par de segundos.
- No era verdad, venía a verte a tí - dijo con cierto tono de molestia.
¿A mi?, ¿por qué lee minho vendría hasta a aquí solo para verme? siquiera somos amigos o cercanos. Lo miré sorprendido.
- Entra - me moví hacia un lado esperando que se adentrará a la habitación.
Cerré la puerta tras de mi, el pelinegro caminaba lentamente hacia el horrible sofá que se encontraba en una esquina del cuarto. La elegancia de minho por alguna razón siempre me sorprendía, me gustaría lucir así, pero a quien voy a engañar. Minho es alto, fuerte y guapo.
Yo soy un desastre con mejillas grandes.
Me senté a un lado de él y su mirada fijada en mi me hacia temblar. Me fijé en sus lindos ojos perfectamente negros, hacían que su mirada fuera aún más encantadora, sus labios fruncidos tenían un leve color rojizo en ellos, mientras que su cabello de color negro se encontraba perfectamente peinado.
No sabía cuantos segundos o minutos exactos nos habíamos quedado en completo silencio, mirándonos como si fuera lo más normal del mundo.
Pero no me sentía verdaderamente incómodo, pero si intrigado. Quien diría que tendría a un chico guapo en mi habitación, lástima que sea un idiota y solo este aquí para humillarme una vez más o esta lo suficientemente aburrido y me busco para discutir un rato.
- ¿Qué quieres Minho? - rompí el silencio.
- Jisung, yo... - se acercó hacia mi - ¿qué fue lo que jeongin te hizo?
Abrí mis ojos sorprendido he imágenes de la noche anterior inundaron mi mente. Recordé como el pelinegro me había preparado algo para tomar, recordé que comencé a sentirme mareado, sus manos en mi cuerpo y luego nada. Diablos.
Comence a llorar en silencio y paso lo que jamás imaginé. Minho me envolvió en un fuerte y cálido abrazo, mi mentón descansada en su hombro y mis lágrimas inundaban su elegante camisa.
Las palabras ya no fueron necesarias, me sentía extraño, un sentimiento recorría mi cuerpo entero. Su olor se había apoderado de mis fosas nasales y su calor presionado contra mi me hacia relajar, su mano subía y bajaba por mi espalda, su toque era preciso, delicado, diferente. No se comparaba a los abrazos de jaemin, siquiera a los de felix, la seguridad que sentía en estos momentos nunca había existido en mi vida antes, nuestros olores mezclados creaban uno perfecto, nuestros cuerpos cerca combinaban tan bien.
Me encontré sorprendido por mis propios pensamientos, no sabía cuanto tiempo llevábamos así, pero por alguna razón no quería que ese abrazo terminara.
Minho se separó de mi, haciéndome volver a la realidad. Me sentí estupido por haber pensado esas cosas, el tema de jeongin si me estaba afectando mucho, supongo.
El pelinegro tomó mis manos y las observó, paso su pulgar por encima de mis ya viejas quemaduras de cadenas.
- No te preocupes jisung, no se lo diré a nadie - me dijo de repente.
- ¿Decir qué?, nada pasó - me alteré.
- Si que pasó - se levantó - tu no conoces a jeongin realmente.
mi garganta se secó.
- ¿A que te refieres?, el no me hizo nada Minho, no entiendo de que hablas - mentí, mientras las lágrimas volvían a salir.
- ¡Mierda jisung, no lo defiendas!, él no es lo que crees - alzó la voz.
- ¿Y qué es? - pregunté con un hilo de voz.
Minho posó sus manos por su frente, estaba frustrado, yo lo estaba frustrando una vez más.
- Jisung, ¿por qué crees que el esta con nosotros los aislados? - gritó.
Mi pequeñas manos comenzaron a temblar, minho se estaba enfadando y el sabía que no controlaba su irá.
Un golpe de realidad fue aquella pregunta, tenía razón, desde que lo conocí me pregunté el por qué de eso, pero jamás fue más que un pensamiento.
Ya no sabia en qué confiar, me alejé rápidamente de minho, el también era un aislado, ¿por qué tendría que confiar en el?, ¿qué era lo que hacía aquí de todos modos?. Dios mío, abusaron de mi.
- Minho vete - susurré.
- No me iré jisung, quiero ayudarte.
Minho se volvió a acercar haciéndome temblar, tenía miedo, tenia mucho miedo.
- Jamás te haría daño - me miró.
Sus ojos brillaban, sus rasgos estaban tensos, su rostro reflejaba preocupación, enojo y tristeza. Mientras mi cuerpo comenzó a relajarse, por una extraña razón confiaba en minho, aunque sabía que no debía hacerlo de todos modos.
- ¿Qué fue lo que pasó? - pregunto tranquilo.
Nos dirigimos al sofá, mi mirada de encontraba clavada en el piso. Le conté todo lo ocurrido, desde la golpiza hasta mi pulsante dolor en el trasero. Minho me escuchaba atento, tenía sus manos echa un puño y yo intentaba tranquilizarme.
Posee mi cabeza en su hombro y cerré fuertemente los ojos.
Así pasaron los minutos, incluso las horas, lloré al darme cuenta que habían abusado de mi cuerpo inconsciente, lloré por el hecho de que fue un amigo que estimaba demasiado, lloré al recordar el engaño de jaemin, lloré al recordar las palabras de mi padre y por lo mucho que extrañaba a mi madre. Lloré por todo lo malo en mi vida, mientras minho solo escuchaba mis sollozos, acariciando mis frías manos.
Mi cuerpo se comenzó a relajar más de lo normal, las lágrimas se detuvieron, olvidé todas mis tristezas por unos momentos y caí en un cálido sueño, embobados en su elegante olor, sintiendo su tierno tacto contra mi, me hacía sentía seguro.
Por primera vez en mucho tiempo me sentía en casa, por primera vez en muchos días pude dormir con algo de paz.
Había descubirto la paz que le faltaba a mi vida, en los brazos de un elegante, guapo y peligroso criminal.
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𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻
Fanfiction𝐇𝐚𝐧 𝐉𝐢𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐟𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐯𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐮𝐧 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐮 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞, 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐭𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬. ↳ᵀᵉʳᵐᶤᶰᵃᵈᵃ ᵉˡ ²⁵ˑ⁰⁶ˑ²⁰²⁰ˑ❦ ...