𝟎𝟐𝟎

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Cinco años antes.

Desperté con los gritos de papá en la cocina, me frote los ojos y espere a que se fuera de casa. Escuche un gran portazo proveniente del primer piso, me levante rápidamente con un sentimiento de angustia, baje a la cocina en busca de mi madre, se encontraba frente el lava platos con algo entre sus manos.

- Buenos días mamá.- le dije.

- Feliz cumpleaños hijo.- se dio media vuelta con un pequeño pastel barato y una gran sonrisa dibujada en su rostro.

Sus ojos estaban hinchados y rojos, su postura era débil y se le notaba cansada. Sentimiento de desolación reflejaban sus grises ojos y mi corazón comenzó a quebrarse en silencio. Mi querida madre, tanto que había sufrido hasta este momento, algún día lo recompensaré y seremos muy felices los dos, lejos de todas las horribles personas que nos hacen daño día a día.

- Gracias mamá.- le di un abrazo lleno de amor y sinceridad, con mi más grande gratitud recibí entre mis manos aquel regalo.

- No hay de que Minnie- dijo mientras me entregaba un vaso de jugo del día anterior.

Le sonreí agradecido y ella hizo lo mismo, desayunamos en silencio. La observaba de reojo y unos grandes rasguños decoraban sus pálidos brazos, haciéndome sentir inútil y poco hombre, mi madre evidentemente no se encontraba bien y yo era un tonto que no podía defenderla. Su gran sonrisa llenaba mi vacío corazón de tranquilidad y compasión, ella era la única persona que me mantenía realmente vivo y feliz.

- Quizás no me encuentre cuando vuelvas, ¿terminaste tu jugo?.- asentí y ella tomó el vaso vaciando las sobras del jugo otra vez en la jarra, dándose media vuelta y guardándola nuevamente en el refrigerador.

- Esta bien, gracias por el pastel mamá.- le sonreí triste, odiaba esta situación.

- Quería darte uno más grande para poder compartirlo, pero el dinero realmente no me alcanzó, espero te haya gustado.- me miró triste, la volví a abrazar con todas mis fuerzas intentado traspasar todo el amor que sentía en esos momentos y siempre que ella estaba cerca.

- También te amo hijo.- beso mi mejilla.

Nos alejamos en silencio y sin decir ni una sola palabra más, subí a mi habitación y tomé mi gastada mochila negra; donde yacía esa horrible sustancia que atormentaba a mi rota familia. Salí rápidamente de casa y me dirigí al no deseado destino, entrando a uno de los callejones visualicé una sombra humana y unos sollozos retumbaban entre las húmedas paredes. Me basto avanzar unos centímetros más para reconocer aquella silueta.

- ¿Que mierda haces aquí?.- le pregunté extrañado.

- Mierda Minho, siquiera puedo llorar tranquilo por tu culpa.- susurró frotándose los ojos para luego darme un gran abrazo.

- Feliz cumpleaños niño bonito.- dijo lo último con tono de burla y sonreí.

- Gracias.- comenzamos a caminar fuera de ese basural y llegamos al otro lado de la calle.

Unas nubes grises decoraban el cielo, el sol no era más que un engañoso adorno, el día era triste y solitario, una brisa fría, digna de una mañana de invierno, congeló mi rostro por completo haciéndome temblar.

- ¿La traes?.- asentí señalando la mochila que llevaba en la espalda.

- Entonces entremos.- dijo Changbin entrando a un horrible edificio frente nosotros.

Subimos las viejas escaleras intentando no provocar ruido, pero estas estaban tan viejas que por el más mínimo contacto rechinaban fuertemente haciendo eco por todo el lugar.

𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora