Nos levantamos muy temprano ese día, y salimos a desayunar, estuvimos caminando y conociendo más lugares, para cuando nos dimos cuenta, ya nos había llegado la noche, por lo tanto, era ya la hora del juego.
Ya instalados en el estadio, Oriana nos ofreció entrar al palco, pero la invitamos nosotros a estar con la afición, y viera lo que se siente estar del otro lado, dudosa acepto y fue a nuestros lugares.
-Oye, esto sí que está muy copado-la veía muy divertida.
-Siempre me ha gustado más estar con la afición, es más ameno ver el juego desde aquí-sugerí.
-Lo tomare en cuenta para los próximos-sonrío y comenzamos a ver el juego.
Al término del mismo, salimos para esperar a Paulo, en el cuartito donde aguardábamos por el, me quede sola, ya que Oriana fue a saludar a unas amigas, y Rodolfo se dirigió al baño.
-Hola-Paulo se sentó a un lado mío, lo cual provocó que me asustara un poco-¿tan feo estoy?-rió ante mi reacción por su saludo.
-No, nada de eso-me hice a un lado.
-¿Entonces para vos, soy carita?-elevó las cejas sonriendo coquetamente.
-No dije nada de eso-me levanté de inmediatamente y me senté en otro sofá.
-Quiero pedirte una disculpa-resopló y se levanto de su lugar anterior, sentándose de nuevo al lado mío-sé que estuvo mal lo que hice, lo que hicimos.
-Esta bien, no te preocupes, solo fue un momento y no volverá a pasar-sonreí de lado.
-Es que si me tenes muerto un montón-besó mi mejilla provocando que mis mejillas se tornaran rojas.
-¿Qué?-me separé de golpe de él.
-Si, me tenes muerto. Pero no voy hacer nada, eres la mina de mi amigo y hasta ahí.
-¿Cómo es posible eso?
-No lo sé, solo pasó y me atraes un montón-fuimos interrumpidos por la presencia de Rodo.
-¿Nos vamos?-se acercó dándome un beso, y pasando su brazo por mi cuello, caminamos a la salida para encontrarnos con Oriana y sus amigas que se irían ya hacia la fiesta, quería ayudar con cualquier cosa que necesitara.
Rodolfo.
-Te ves hermosa con lo que decidas ponerte-la abrace por la cintura desde atrás, mientras ella se veía al espejo.
-Gracias a Dios, hoy el frío es soportable, si no, habría traído este vestido solo de paseo-sonrío girando para que pudiera verla.
-No hay mujer más bella que tú, eso te lo puedo asegurar-lleve mis manos a la parte baja de su vestido, tomando sus glúteos entre mis manos, dándoles un pequeño apretón-debemos irnos, o no sé de lo que seré capaz si duramos más tiempo aquí solos-susurré sobre sus labios y ella asintió sonriendo.
Bajamos a la sala y ahí estaba Paulo junto a Oriana y otros amigos más de ellos.
Nos llevaron para presentaron a más gente, platicamos con montón de personas por un buen rato, comimos bebimos poco y también bailamos.
Ya más entrada la noche y ya con menos gente, Oriana llego ofreciendo a los 8 que quedábamos ahí, un par de cigarrillos, ella me miro con cara de confusión, pues no sabía lo que era, le hice saber en un susurro que era marihuana; ambos lo rechazamos, pero con tanta insistencia de parte de los otros 6, tomamos uno cada quien.
-Vamos chicos-dijo uno de sus amigos-solo es un poco de marihuana.
-Amor-me susurró ella algo temerosa.
-Tengo entendido que esto no afecta, no es nada fuerte-tomé su mano dándole un leve apretón-y además, estas conmigo, no te va a pasar nada-ella asintió y encendió su cigarrillo.
Ambos nos terminamos el mismo, y por suerte no sentimos ningún efecto, seguimos conversando, y bebiendo vino. Una amiga de ellos, salió hacia su coche y regreso con una cachimba, una especie de artefacto para fumar. Todos la estaban probando, cuando llego nuestro turno.
-Estamos de vacaciones y aquí es para divertirnos, ¿que no?-la note a muy divertida mientras absorbía el humo del artefacto.
Por mi parte ya me sentía un tanto mareado, pero no podía dejarla ahí sola. Además nos estábamos divirtiendo, no podía pasar nada malo, como bien lo dice ella, estamos de vacaciones, y no creo que vaya a pasar algo fuera de lo normal.
Los amigos de los anfitriones se despidieron pasadas las 5 de la mañana y subieron a dormir así habitación de huéspedes, dejándonos a nosotros 4.
